Debate presidencial en un Ecuador harto y aterrorizado
Eloy Osvalado Proaño
El debate presidencial de cara a la segunda vuela de los comicios generales en Ecuador, pautado para el 1 de octubre, abordará cuatro ejes temáticos sobre economía, seguridad, ámbito social y político, y será la oportunidad de ver mayor interacción entre los dos candidatos: la progresista Luisa González y el conservador Daniel Noboa.
Ambos, candidatos jóvenes (45 y 35 años), disputarán la Presidencia en un balotaje que tendrá lugar el 15 de octubre. La atmósfera política sigue tensa, en el marco de inseguridad y temor en que vive la sociedad, tras una serie de asesinatos políticos, sobre todo el del candidato presidencial Fernando Villavicencio. Hoy la situación se agravó: hay más violencia, más inseguridad, más pobreza, más narcotráfico, más hartazgo ciudadano que de cada a la primera vuelta electoral.
En la primera vuelta, los asesinatos y el auge de la violencia -coches bomba detonados, asaltos, “vacunas” y otros hechos relacionados- jugaron a favor de las fuerzas conservadoras que proclaman la necesidad de restaurar el orden apelando a la “mano dura” y expedientes similares. muestran cómo está el país. Hoy, ninguno de los dos candidatos representa el imaginario de mano dura contra la inseguridad.
Las iniciales expectativas de hallar una alternativa distinta a las élites protagonistas de la reciente trifulca entre el gobierno del banquero-presidente Guillermo Lasso y la Asamblea Nacional se disiparon, y el campo popular no elevó su caudal de votos. La segunda vuelta de las elecciones anticipadas será la versión 2.0 del balotaje del 2021, y nuevamente el correísmo se enfrentará al fracasado neoliberalismo.
La violencia es atribuída a bandas locales que operan aliadas a cárteles mexicanos del narcotráfico y alertan que la situación podría agudizarse al acercarse la segunda vuelta. “La conexión entre las bandas locales y los cárteles internacionales del narcotráfico es evidente, así como es evidente que en Ecuador la política se está manejando desde la violencia, por lo cual se puede hablar ya de un narcoestado, en medio de un gobierno invisible e indolente, que no atina a reaccionar”, dijo el analista político Gustavo Isch.
En la primera vuelta, el debate entre los ocho candidatos no logró llegar a la profundidad de sus propuestas, lo que le generó nuevas críticas al Consejo Nacional Electoral (CNE) como organizador, ya que los moderadores interrumpieron a los candidatos, en especial a Luisa González. El debate está catalogado como una herramienta clave para el voto de los 13,4 millones de ciudadanos.
Uno de los cambios de este encuentro entre los aspirantes a la presidencia son los moderadores. En esta ocasión, el debate contará con una sola moderadora, la periodista Ruth del Salto.
El pasado 13 de agosto, medios locales de prensa calificaron las intervenciones del debate de poca profundidad y mucho enfrentamiento, pues el espacio se inició con discusiones entre moderadores y candidatos, justo cuando debían proponer sus planes en torno a temas como seguridad, economía, salud, educación y otros de interés para la nación sudamericana.
La idea de las repreguntas y réplicas también se diluyó entre los ocho postulantes. Del debate entre los presidenciables solo quedarán los memes. Hoy, la expectativa para el debate de la segunda vuelta es mejor, pues estarán únicamente dos candidatos, lo que posibilitará una conversación más fluida, aún cuando los tiempos de intervención, réplica y contrarréplica se mantendrán.
A los contendientes, Luisa González del movimiento Revolución Ciudadana (RC), que encabeza el expresidente 
Rafael Correa (en el exilio) y Daniel Noboa de Acción Democrática Nacional (ADN), se les pedirá concentrarse durante las dos horas de debate en los ejes económico, de seguridad, ámbito social y político. El lugar del eje sobre medio ambiente, que fue el quinto tema en el debate anterior, se incluyó esta vez en el de economía.
Según explicó el ente electoral, en cuanto a la dinámica del encuentro entre los candidatos a la Presidencia, en cada eje temático ambos responderán dos preguntas formuladas por el Comité Nacional de Debates Electorales. Además, tendrán la opción de cuestionar sus respuestas y hacer contrarréplicas o preguntas complementarias a sus adversarios.
¿Podrá el correismo?
Las elecciones del pasado 20 de agosto confirmaron que el movimiento político que lidera el expresidente Rafael Correa (2007-2017) es el más fuerte del país, cuya candidata González quedó en primer lugar entre los ocho contendientes y garantizó una bancada parlamentaria numerosa, aunque sin conseguir la mayoría. González ganó el voto en 14 provincias del país, mientras que Noboa, su contendiente en segunda vuelta, quedó en primer lugar en seis territorios.
En un comunicado, el Frente Unitario de los Trabajadores (FUT) -que se fundó en 1973 por las centrales sindicales CEOSL, CTE, CEDOC- señaló que los trabajadores no tienen alternativa en la segunda vuelta: “Ninguna de las dos alternativas burguesas que participan en el balotaje presidencial representan los intereses y aspiraciones de los trabajadores y los pueblos del Ecuador”.
Señalan que Daniel Noboa representa a la familia más potentada del Ecuador con una de las fortunas más importantes de América Latina, que, lejos de representar el esfuerzo individual, han sido resultados del sudor de miles de trabajadores que han sido impedidos de acceder a la organización sindical y a otros derechos laborales.
Es también resultado de la sistemática evasión tributaria que ha afectado por décadas los ingresos del fisco y la posibilidad de que esos recursos sirvan para las necesidades vitales de la población. El binomio Noboa- Abad representa a los grupos económicos que gobernaron al Ecuador implementaron políticas de flexibilización laboral, reducción del Estado y flexibilización financiera que derivaron en la mayor crisis bancaria, explotación laboral y el empobrecimiento de la gente, añaden
Eso explica que su plan de gobierno sea principalmente la reiteración de las fracasadas propuestas neoliberales, de las privatizaciones y la flexibilización laboral. La limitación de los derechos laborales no resuelve el problema del empleo, únicamente lo precariza mucho más, indica el FUT.
Por otro lado, señala, Luisa González, del correísmo, proclama que lo que busca es retornar a lo que ya lo hicieron: “Los trabajadores sí recordamos lo que hicieron: eliminaron el aporte estatal del 40% para las pensiones jubilares y provocaron la crisis financiera que enfrenta hoy el IESS, a lo que se sumó la dolosa utilización de sus recursos por parte del gobierno y la corrupción que sumaron una afectación de más de 9.200 millones de dólares”.
Es cierto que la inseguridad importa mucho, pero la ciudadanía ecuatoriana no optó en la primera vuelta por la vía Bukele. Jean Topic sólo logró el apoyo de uno de cada diez electores, seguramente porque también importan otros temas, como el empleo y salario, la educación y sanidad, las políticas sociales..
La primera vuelta dejó en evidencia que no hay un candidato alternativo al correísmo con voto propio. Y lo mismo pasó en el 2021: en esa ocasión fueron Yaku Pérez y Xavier Hervas, que sumaron 35 %; esta vez, la suma de ambos no llega al 5 %. El bloque indígena se quedó sin candidato; Yaku Pérez no llegó ni al 4 % de los votos.
Y Leonidas Iza, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) queda como único líder sólido, con un papel protagónico hacia delante, en lo electoral y también en lo político.
En el debate de la segunda vuelta será importante que los candidatos empleen estrategias para atraer al electorado joven, que es el 30% de los votos; lo cual Noboa lo supo hacer bien en la primera vuelta. Un factor que también jugó a favor de Noboa en el primer debate es que, al no estar en el radar de los otros candidatos no recibió ataques, lo cual seguramente no ocurrirá en esta segunda ocasión.
*Analista e investigador ecuatoriano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)