Ya no hay consenso de (y ni siquiera con) Washington

Luís Salas Rodríguez – Surversión

Que Latinoamérica y el mundo pasaron de una época de cambios a un cambio de época quedó más que nunca evidenciado en esta Cumbre de las Américas.

Basta simplemente con revisar la historia (a despecho del presidente Barak) de las Cumbres de las Américas para contatar este hecho. La primera fue en Miami, en 1994, cuando por la vía del hecho se consideraba a esa ciudad la capital de América Latina. La convocó Bill Clinton con un objetivo casi único: la instauración del Área de Libre Comercio de las Américas ALCA que “incluía” a latinoamérica (excepto Cuba) al TLC nortamericano. El correlato político del ALCA era la Carta Interaméricana.

La segunda Cumbre fue en Chile, en 1998, por razones obvias. Y la tercera en Québec, Canadá, en abril de 2001. George Bush y Hugo Chávez acababan de llegar al poder en Estados Unidos y Venezuela, respectivamente. La declaración final de esa cita comprometió a los países a negociar el ALCA. Chávez fue el único que se opuso. Fue la primera vez que el consenso con (y de) Wasington se rompió.

tumblr_nmo2qhkrEP1rf9hn3o1_1280La historia de la IV Cumbre, la de Mar de Plata, es conocida. Ya entonces Chávez no estaba solo. Lo acompañaban Kirchner, Lula, Tabare Vasquez y Nicanor Duarte. Como decíamos en una anterior nota, según el cronograma acordado ya para enero de 2005 el ALCA debía estar vigente, pero la negativa de los países del MERCOSUR y particularmente de Venezuela y Argentina, lo había evitado. Originalmente, la Cumbre de Mar de Plata no tenía entre sus objetivos discutir el ALCA, sin embargo, la presión de Estados Unidos y Canadá así como la colaboración de gobiernos como el de México (presidido por Vicente Fox) lo pusieron sobre el tapete en términos de ultimátum. Vicente Fox amenazó con dividir la región entre los 29 países supuestamente dispuestos a suscribir el ALCA y aquellos que no, que eran los socios del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) más Venezuela.cumbre americas maduro obama1

Y en el grado más alto del desespero, junto a representantes de Estados Unidos y Canadá incluso pretendieron aprobar el “acuerdo” por mayoría simple y no por consenso unánime, como dictaba el reglamento. Fue ante esta amenaza que Néstor Kirchner esgrimió su célebre “no nos van a venir a patotear”. Y entre una cosa y la otra, los presidentes de Venezuela, Argentina, Brasil Paraguay y Uruguay evitaron que el “inevitable” ALCA entrará en vigencia.

Quedará para la historia la reacción destemplada de Vicente Fox, empleado de los gringos desde su época como Gerente de la Coca Cola. Fox culpó directamente a los presidentes de Argentina y Venezuela del fracaso del ALCA. Kirchner le respondió diciéndole que “para algunos la buena diplomacia es tener una actitud de pleitesía y agachar la cabeza ante los más fuertes“. A los pocos días Chávez, fiel a su estilo, fue un poco más allá: “Qué triste que un presidente de un pueblo como el mexicano sea un cachorro del imperio norteamericano. Da tristeza que el heroico pueblo mexicano tenga un presidente que se arrodilla al imperio norteamericano y cumpla el papel triste que fue a cumplir en la cumbre, y después salga arremetiendo contra los que defendemos la libertad de nuestro pueblo”.

Como señaló el presidente Chávez en una carta escrita en memoria del presidente Kirchner tras su muerte en octubre de 2010, todo cambiaría desde Mar del Plata y hasta el día de hoy al imperialismo se le ha hecho harto difícil imponer su agenda regional, como era cosa natural que ocurriera cuando todos los gobiernos bailaban al son que les tocaban desde el Norte. De hecho ha ocurrido justo lo contrario: con la entrada de Cuba en la OEA y el rechazo unánime al decreto al Obama contra Venezuela, son los países progresistas de la región los que han impuesto los términos –y hasta el tono- del debate.