Sobre la reconversión monetaria y El Petro

Luis Salas Rodríguez|

El 22 de marzo, el presidente Nicolás Maduro hizo un conjunto de anuncios económicos, siendo tal vez el más importante y sin duda noticioso el de la llamada reconversión monetaria.

En primer lugar, habría que decir al respecto que es una medida necesaria que, en sentido estricto, viene a oficializar una reconversión por la vía de hecho la población ya había realizado. Es decir, como todo el mundo sabe, ya los venezolanos y venezolanas en la práctica cotidiana le quitaron tres ceros a la moneda para poder desenvolverse mejor. En este medio ya habíamos propuesto se efectuara, y entre otros ha sido defendida por José Gregorio Piña y por Alexander Riera.madur reconversion

Por otro lado, dado el colapso de los medios de pago y la escasez de efectivo, reducir las cifras también luce necesario, antes de profundizar en el espiral sin fin de emitir nuevo cono interminablemente.

Y en tercer lugar, más allá de lo propiamente “técnico” o “contable”, quizá lo más importante del anuncio es que es la primera vez, al menos en mucho tiempo, que el Ejecutivo y el BCV parecen decididos a defender la integridad de la moneda nacional, lo que no es solo un tema económico sino profundamente político, cultural y hasta psicológico. Como también se ha manifestado en este espacio, el bolívar, más allá de ser la moneda de curso legal, es en la práctica un símbolo nacional, que representa su soberanía y unidad. Cuestión cuanto más importante ahora que pende ya de manera clara la amenaza de la dolarización.

Ahora, una vez dicho esto, fieles a nuestro estilo, pasamos a hacer las siguientes consideraciones y alertas, esperando aportar lo más posible en el buen y feliz curso de lo anunciado:

1.- La medida de reconversión es necesaria pero no suficiente en sí misma, si no se acompaña de otro conjunto de medidas tendientes a estabilizar la economía y frenar el alza de los precios. Esto no significa hacer un ajuste como plantean los expertos ortodoxos. Entre otras cosas, por ejemplo, reducir el déficit fiscal no solo no puede ser la prioridad ahorita si no que resulta inútil, tal y como de hecho somos testigos y lo padecemos actualmente cuando tales ajustes ya se han hecho en efecto. Los esfuerzos del gobierno por recostar el gasto público, chocan contras las necesidades reales de tener que erogar más recursos para mantener el funcionamiento del Estado y del país, ya bastante golpeado. Y esta erogación mayor no puede recargarse sobre la población (vía impuesto, aumentos de tarifas, etc.,), pues no solo es injusto (poner a la gente a pagar los costos de la guerra económica es tremendamente injusto, pues ya los paga todos los días), sino que alimenta aún más el fuego especulativo.futuro monetario

2.- La principal fuente de déficit fiscal actual, por lo demás, no es la erogación en bolívares para pagar salarios, mantener a duras penas hospitales, etc.: es el peso de la deuda en divisas y la existencia de deudas por parte de empresarios “exportadores” que han recibido créditos públicos para tales fines en este marco de la actual emergencia económica, sin cumplir con sus obligaciones con el Fisco Nacional, tal y como lo denunció una vez más por el presidente el día de ayer.

3.-Pero como quiera que es lo anterior, de lo que se debe estar conscientes es que de no tomarse medidas adicionales que frenen el alza de los precios, la reconversión monetaria corre el riesgo de esfumarse al poco tiempo de ser aplicada (sin hablar de las medidas tendientes a evitar que se fugue a través de las fronteras los nuevos billetes). No existen cifras oficiales que permitan estimar seriamente, pero si nos vamos a los cálculos extraoficiales, al ritmo actual de aumento de precios podríamos estar hablando que en un plazo no mayor un año haya que sumarle de nuevo tres ceros a la moneda.

De la misma manera, tal y como alertamos en ocasión del anuncio el pasado plan de precios acordados del que pocos ya se acuerdan en realidad, tanto por razones políticas como de de histéresis, lo más probable es que los precios se vuelvan a disparar para “ganar terreno” antes de la reconversión. Recordemos adicionalmente que la misma se hará inmediatamente después de las presidenciales, y que como siempre, los eventos electorales son propicios a la especulación de precios, no habiendo razones para que sea éste la excepción si no más bien lo contrario.

petro-vt-1919x10794.-Por otra parte, y aunque es un tema que en sí mismo merece un trato especial,  no queda para nada claro qué papel vendrá a jugar El Petro en la defensa del bolívar anunciada por el presidente. De hecho, en lo formal, los anuncios al respecto del mismo de la primera parte de la cadena puede que choquen con los realizados sobre el Bolivar Soberano en la segunda. Es decir, de darse el caso que El Petro y otras “criptomonedas” circularán en el territorio nacional pudiendo efectuarse operaciones de compra y venta con ellas, tanto a nivel público como privado -tal y como se instruyó ayer- tendremos un escenario donde el Bolívar Soberano no será en la práctica la única moneda de curso legal, viéndose en la necesidad de competir tanto contra la dolarización formal de una parte de la economía como contra el propio Petro y demás “criptomonedas”. Esta dualidad monetaria -por decir lo menos- ya se ha denunciado y alertado sobre sus consecuencias recurrentemente en este espacio.

5.-Por último, aunque no menos importante, nos parece muy bueno el anuncio en torno a la posibilidad de crear mecanismos de ahorro para la población, en este caso con oro. Siempre hemos dicho que una de las principales angustias de la población que alimenta la especulación, la huida al dólar o bienes valores despreciando al bolívar, es la pérdida de la capacidad de ahorro. Quien esto escribe tiene de hecho al menos 5 años insistiendo sobre esto y sobre la necesidad de rescatar y proteger el ahorro. Resultado de imagen para ahorro venezuela

Sin embargo, dado el nivel actual de dicha pérdida y del empobrecimiento salarial (tenemos actualmente salarios incluso por debajo de la línea básica de subsistencia), debe tomarse en cuenta para ello mecanismos que eviten que los más empobrecidos (que son los que más urgentemente necesitan estas herramientas financieras especiales) sean los que menos pueden acceder a la modalidad de ahorro propuesta. Esto es lo que en teoría económica se llama precio de desigualdad y un ejemplo de ello es precisamente la entrada en vigencia de la venta de El Petro. Formalmente todo el mundo podrá comprarlo, abrir su billetera, etc. pero en la práctica, solo podrán hacerlo aquellos que tengan euros, yuanes, rupias o criptomonedas, por lo que al menos el 90% de la población se quedará por fuera.