¿Qué es el “chavismo”?

NÍCMER EVANS| En el marco del 4F, el Presidente Chávez y el General Clíver Alcalá han afirmado y ratificado al “Chavismo”, el primero como un sentimiento y el segundo como una condición. Analicemos brevemente esto.

El “Chavismo” nace como una expresión que vincula una inclinación o preferencia política hacia el liderazgo de Hugo Chávez Frías, y a través de él se expresa una forma particular de concebir la política y lo político. El “Chavismo” por tanto aún no es una ideología estructurada sobre principios, concepción paradigmática y teoría sobre la naturaleza del hombre, el Estado, las relaciones económicas o sobre la realidad cultural, aunque claramente tiende a un desarrollo narrativo sobre estos planos del pensamiento.

Ideológicamente el “Chavismo” ha pasado del “Árbol de las 3 Raíces” a “La Tercera Vía”, el “Socialismo del Siglo XXI” y en la actualidad se circunscribe en el “Socialismo Bolivariano”, pero en ningún momento  ha dejado de ser “chavista” ya que se direcciona permanentemente por la conducción del Presidente Chávez. Es entonces el “Chavismo” un sentimiento, una profunda identificación con un estilo y forma de liderazgo, y aunque en principio se alimenta del personalismo, trasciende a una forma de concebir la política que va más allá de este liderazgo y tiende a poseer cuerpo y doctrina propia.

El “Chavismo” es marxista y cristiano, y sin ser contradictorio, se alimenta del sincretismo latinoamericano, la concepción socialista de Abreu D Lima, y de la Teología de la Liberación; es moderno y postmoderno; posee en su caracterización el pensamiento de Bolívar que va desde el pensamiento del socialismo utópico hasta el pensamiento liberal rousseauniano más radical; rescata al pensamiento de Mariategui y Ludovico Silva, pero al final termina siendo profundamente socialdemócrata en una línea más cercana a la de Kaustky y bastante distante de la Berstein.

Toda esta caracterización lo hace único, no puede ser totalmente etiquetado el “Chavismo” en otras corrientes de pensamiento y por tanto requiere de su propia definición, así nace el “Chavismo” que ya existe en el imaginario colectivo desde mucho antes que fuese nombrada por los más recalcitrantes intelectuales de la derecha venezolana para tratar de comprenderlo y descalificarlo.

Siendo así, no tengo duda que el “Chavismo” es praxis política en plena construcción. El “Chavismo” no describe ni un pensamiento único ni un personalismo mesiánico, nace de la necesidad de generar un paradigma venezolano de la realidad, pero aún no está acabado, y de hecho, apenas nace en el plano de la construcción social.

Sin embargo, el “Chavismo” corre el riesgo de lo novedoso; que se coleen “Zorros y Camaleones” para adular y seducir, para endiosar y malbaratar una obra colectiva. La Fuerza Armada puede, tiene y debe tener un sentimiento “Chavista” porque la Fuerza Armada es expresión del pueblo venezolano, y es el sentimiento lo que se expresa cuando se afirma que la Fuerza Armada es Chavista, pero igual nunca debe perder su institucionalidad.

En todo caso, es relevante que se haya puesto en el tapete la necesidad de discutir el “Chavismo”, ya no sólo como un sentimiento, sino como un conjunto de ideas que deben ser muy bien definidas, en un proceso constructivo de carácter colectivo.