Negociaciones colombianas

ELEAZAR DÍAZ RANGEL| Después de tantas negociaciones nunca habían estado tan cerca de soluciones al conflicto armado en Colombia, como ahora, pese a todos los avances y retrocesos habidos y por venir.

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Los duros golpes que recibieron las Farc, con la muerte de varios de sus principales jefes (Manuel Marulanda, Raúl Reyes, Mono Jojoy e Iván Ruiz), se suponía el comienzo de un proceso de descomposición y derrotas. No fue así; las guerrillas, dirigidas por “Alfonso Cano”, cambiaron su estructura y su estrategia: descentralización, movilidad de grupos menores, más emboscadas, y en 2011 hubo unas 2.000 acciones, más que el año anterior.

El caso es que las Farc se mantienen activas, aunque el general Padilla de León, entonces jefe del Ejército, declaró hace dos años que “en no más de un año las Farc estarán prácticamente liquidadas”. No fue así, hace poco se dio cuenta de un combate donde murieron 19 militares y el presidente Santos reiteró sus amenazas de enfrentarlas con todos los hierros.

Había llegado el momento para que ambas partes coincidieran en que ninguna de las dos fuerzas ganaría esa guerra, recomenzada en 1964, cuando se fundan las Farc. Y se sentaron a negociar, seriamente, esta vez sobre bases distintas, y cada una persuadida de la necesidad de llegar a un acuerdo honorable para las dos partes. Han avanzado, se han acordado en cuestiones importantes, y cuál sería el informe que le dio Santos a John Kerry, secretario de Estado, que este, cuando se iba, declaró que estaban dispuestos a cooperar con Colombia en el posconflicto.

Los negociadores de las guerrillas parecen conscientes de que no deben pedir lo imposible, como les aconsejó Pepe Mujica, el presidente uruguayo, e igualmente los del Gobierno estarán decididos a ceder lo más posible. La Corte Constitucional acaba de establecer un “marco jurídico” que, se supone, facilitará futuros acuerdos.

De manera que, para bien del pueblo colombiano, que ha sufrido como nadie los efectos de esta guerra, de todo el país y de sus vecinos, a fin de año deben estar más próximos a la suspensión de hostilidades. Será uno de los últimos pasos que den.