Los capitales golondrina invaden América Latina y el Caribe

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Los flujos de cartera de corto plazo hacia los países de América Latina y el Caribe (ALC) se dispararon en los primeros dos meses de 2012 y las inversiones de fondos mutuos en los siete países más grandes de ALC aumentaron ocho veces, revela el informe “Latinoamérica hace frente a la volatilidad, el lado oscuro de la globalización” del Banco Mundial.
Dado que la turbulencia financiera global ocupa un lugar destacado en el presente, una pregunta clave para los países globalizados en ALC es si están en capacidad de evitar el patrón de bonanzas/recesiones provocado por los choques externos que se ha repetido en la historia de la región, señala el informe semestral de la Oficina del economista en jefe del Banco Mundial para ALC.

Según el BM, las mejoras significativas en el sistema de protección macro-financiero de ALC implican que ahora es menos probable que los choques provengan de debilidades en la política macroeconómica interna, pero es más probable que se deriven del frente externo o de las nuevas dinámicas del sistema financiero.

En esa línea, el reporte del BM se centra en el análisis de la volatilidad externa de los flujos de capital agregados y de la industria de gestión de activos internacionales, instituciones que se encuentran en el epicentro del proceso de globalización financiera. Destaca el creciente papel de la industria internacional de administración de activos, en particular los fondos mutuos, fondos de pensión y hedge funds. Esta industria se está convirtiendo en el principal canal para los movimientos transfronterizos de capital, desplazando a los bancos.

Los países de ALC están obligados a enfrentarse a un nuevo panorama mundial de volatilidad persistente, derivado, entre otras cosas, de una amplia fluctuación en flujos de capital que buscan ganancias fáciles y se preocupan poco por el largo plazo, advierte el informe.

El BM muestra que los flujos de cartera hacia la región se dispararon en los primeros meses de 2012. Inversiones de fondos mutuos en los siete países más grandes de ALC —que descendieron abruptamente durante la segunda mitad de 2011— aumentaron ocho veces en enero y febrero de 2012, comparado con el promedio mensual de comienzos del año pasado.

La magnitud de estos flujos es tal que si Vanguard, una de muchas compañías internacionales administradoras de activos, decidiese mover el 1% de sus fondos mutuos a Colombia, esto representaría un ingreso de capital equivalente al 6% en el producto interno bruto de ese país. En momentos de mucha incertidumbre y alta aversión al riesgo, incluso los países bien administrados con un sólido paquete de políticas, son tan vulnerables como cualquier otro a los caprichos de esos inversores.

“El problema es que este tipo de flujos de capital basados en el mercado, a diferencia de aquel basado en el sistema bancario, no ayuda a la estabilidad financiera —como muchos esperaban en un principio. Al contrario, los actuales flujos de cartera que entran y salen de economías emergentes (llamados capitales golondrina durante la crisis mexicana) tienden a ser pro cíclicos y parecen responder cada vez más a factores globales que a factores específicos del país,” dice el economista en jefe del BM para la región Augusto de la Torre.

“En el mundo financiero actual, una mayor integración significa una mayor exposición a la volatilidad, aunque no necesariamente mayor vulnerabilidad. El riesgo no es tanto qué tan expuesto uno está, sino, y más importante aún, cuál es la capacidad que uno tiene de enfrentar dicha imprevisibilidad,” explica de la Torre.

Sin embargo, aun aquellas regiones aparentemente bien posicionadas, como ALC, deben aprender a sobrellevar la volatilidad que tiene origen en otras partes, en especial si desean asegurar y avanzar en sus logros recientes. Es por esto que es esencial entender mejor la naturaleza del desafío sin precedentes planteado por la actual integración financiera, subraya el BM.

“La intermediación financiera internacional se ha inclinado hacia un comportamiento de manada centrado en el corto plazo, donde la capacidad de retirarse rápidamente predomina por sobre un análisis paciente de las perspectivas a largo plazo”. Y ALC es una opción atractiva para los inversores extranjeros.

ALC ha crecido y ha tomado fuerza por más de una década. El actual pronóstico de crecimiento para la región oscila entre 3,5 y 4% para 2012 y 2013, más elevado que en Europa Oriental y Asia Central, y similar al de Asia Oriental. Además, se espera que la tasa de inflación se mantenga, en promedio, en 6,25% este año.

El informe evalúa la vulnerabilidad de los países de ALC a tres tipos de impactos externos: Una desaceleración en Europa y una lenta recuperación en EE.UU.; Una baja en el crecimiento chino y/o un descenso en el precio de las materias primas; y Un aumento de la aversión al riesgo en los mercados financieros internacionales.

“Varios países de América Latina son vulnerables tanto a una desaceleración de EE.UU., Europa y China, como a una reducción en el precio de las materias primas y en las inversiones. Sin embargo, y gracias a que los diseñadores de políticas de estos países tienen espacio de maniobra, el nivel de vulnerabilidad sigue siendo bajo”.

De hecho, países como Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú y Uruguay están muy expuestos a impactos externos y sin embargo muestran una vulnerabilidad relativamente baja, indica el informe. Estos países cuentan con amplias reservas externas y tasas de cambio flexibles que ayudan a absorber choques. También tienen la capacidad de responder desde varios frentes, incluyendo el fiscal, monetario y macroprudencial.

Esto último, que cobró impulso luego de la crisis de 2008/09, se refiere a medidas diseñadas para aminorar fluctuaciones financieras excesivas y aumentar la resistencia de los sistemas financieros ante ellas. Instrumentos de políticas macroprudenciales incluyen requisitos de liquidez, relación préstamo a valor de propiedad ajustada al ciclo, e impuestos a las oleadas de flujos de capital a corto plazo.

Por otro lado, existen países como Venezuela y Ecuador expuestos más que nada a las fluctuaciones en el precio del petróleo. Los diseñadores de políticas de estos países claramente se beneficiarían de reformas orientadas a abrir mayor espacio de maniobra, particularmente por medio de amortiguadores fiscales. La mayoría de países angloparlantes del Caribe están altamente expuestos a la volatilidad externa y son altamente vulnerables, ya que su espacio de maniobra está severamente limitado por el tamaño y apertura de los países al igual que sus altos niveles de deuda.

Los demás países de ALC se ubican en un lugar intermedio, con un nivel de exposición a fluctuaciones externas significativo y vulnerabilidad moderada. Para estos países, cualquier pequeña mejora en sus políticas monetaria, fiscal y macroprudencial puede acarrear grandes beneficios en términos de una menor vulnerabilidad, plantea el informe.

Más información: www.bancomundial.org/alc