La nueva masacre israelí / ¿Cuántos muertos palestinos puede aceptar el mundo sin inmutarse?

Sullkata M. Quilla|

La nunca tranquila situación en Medio Oriente alcanzó esta semana nuevos niveles de explosividad tras el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de la ruptura unilateral del acuerdo nuclear suscrito por su país, Francia, Reino Unido, Alemania, Rusia y China con Irán (traicionado el compromiso de EEUU con sus principales aliados europeos), el mayor ataque aéreo israelí en territorio sirio desde el inicio en 2011 de la guerra civil que desgarra a esta nación árabe, y el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Al-Quds (Jerusalén).

Seis decenas de palestinos han muerto y unos 2.700 han sido heridos (cerca de la mitad de ellos por disparos de fuego real) en las protestas en la frontera de Gaza contra el traslado de la Embajada de EEUU y con motivo de la Marcha del Retorno, que se celebra desde el Día de la Tierra Palestina, el 30 de marzo, y que reivindica el regreso de los millones de refugiados palestinos a sus tierras y hogares. Desde que empezó esta movilización en la zona fronteriza entre Israel y Gaza, ningún israelí ha resultado herido.

Los francotiradores parapetados en sus posiciones dispararon a discreción contra los manifestantes en una movilización que se inició cuando se supo que EEUU trasladaría su embajada. El ataque israelí se produjo al mediodía, cuando 35.000 personas se manifestaban en dirección al muro israelí que aísla la Franja, Desde este día, Israel ha matado a un centenar de personas en la franja, y varios centenares desde que se anunciara a finales del año pasado la intención estadounidense de trasladar su embajada a Jerusalén.

También en Cisjordania se produjeron manifestaciones contra la inauguración de la embajada estadounidense en Jerusalén, después de que Trump decidiera, despreciando la legislación y el consenso internacional, trasladar su sede desde Tel Aviv hasta esta ciudad, para apoyar las políticas de ocupación del Estado de Israel, que reivindica Jerusalén como su capital.

Ignorando la represión generalizada, se produjo la inauguración de la sede de la embajada con mucho boato y con la participación de  Melania, la hija de Donald Trump, el vicesecretario de Estado John Sullivan, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, entre otros, y con la presencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Trump intervino con un mensaje en vídeo: “Israel es una nación soberana con el derecho a determinar su propia capital”.

El Ejército israelí acusó en un comunicado a los islamistas de “dirigir una operación terrorista bajo cubierta de masas de gente en diez localidades de Gaza”. El Comité de la ONU para la Prevención de la Discriminación Racial emitió el lunes una declaración urgente en la que pide al Gobierno de Israel que haga cesar “el uso desproporcionado de la fuerza” contra los palestinos que participan en la Gran Marcha de Retorno de Gaza.

El Comité indicó que las informaciones que maneja indican que “varias de las personas que han muerto o resultado heridas no constituían una amenaza inminente cuando se les disparó”. Además, denunció que hay indicios de que las autoridades israelíes han obstaculizado que los heridos reciban un tratamiento adecuado. También reclamó que las autoridades tomen medidas contra el aumento de los mensajes y discursos racistas y que incitan a la violencia contra los palestinos.

“La Administración Trump está promoviendo la anarquía internacional al apoyar Israel y sus flagrantes y sistemas violaciones de las resoluciones de legitimidad internacional“, manifestó el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, en relación a que Israel se apropió de Jerusalén omitiendo la resolución 181 de la ONU.

El primer ministro palestino, Rami Hamdala, consideró que “escoger un día trágico en la historia palestina” para el traslado a Jerusalén “demuestra una gran insensibilidad y falta de respeto por los principios básicos del proceso de paz”. Condenó, también, a Guatemala y Paraguay por seguir los pasos de EE.UU. y estar próximos a inauguar sus embajadas en Jerusalén. En su opinión, han “escogido el lado equivocado de la historia”.

Denunciar este baño de sangre, estos crímenes sin sentido y esta desproporción irracional en el uso de la fuerza convierte a quien lo hace en un antisemita, según las normas de la propaganda de Israel. Antisemitas son quienes creen inmoral mantener un muro de 700 kilómetros que consagra el apartheid o los que piensan que Gaza es una cárcel en la que viven casi dos millones de personas en condiciones infrahumanas, con menos de cinco horas de electricidad al día y apenas agua potable por la contaminación de sus pozos. Gaza, tales son las previsiones de las agencias de Naciones Unidas presentes en la zona, será inhabitable a partir de 2020, señala Juan Carlos Escudier. en público.es.

Reacciones

El presidente Evo Morales señaló que Bolivia rechaza y condena de la manera más enérgica la apertura de la embajada de EEUU en Jerusalén. Nuevamente EEUU viola el derecho internacional y encubre los crímenes del Estado de Israel, dijo. Asimismo, la Cancillería de Ecuador emitió un comunicado en rechazo a los hechos de violencia registrados en la Franja de Gaza e hizo un llamado al gobierno israelí a respetar las normas del derecho internacional de los derechos humanos, en especial con relación al uso proporcional de la fuerza.

La Confederación Palestina Latinoamericana y del Caribe (COPLAC) expresó que la acción norteamericana “constituye un acto absolutamente repudiable y condenable” y aseguró que viola la ley internacional y socava cualquier perspectiva de paz, y afirmó que “70 años de lucha continuada le han demostrado al mundo que Palestina es indómita, y que en medio del dolor y el crimen permanece de pie para enfrentar la injusticia, el robo y la opresión del ocupante.

La cancillería uruguaya expresó su preocupación por la falta de proporcionalidad en la respuesta israelí y se solidarizó con las familias de los civiles muertos y heridos por la situación que padecen y sobre la que no tienen responsabilidad alguna.

Un editorial del diario conservador español El País señaló que el gobierno israelí debe explicar de forma urgente por qué se respondió con fuego real a las 35.000 personas que se manifestaban en la frontera y no únicamente con material antidisturbios, y así depurar las responsabilidades correspondientes.

*Antropóloga, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

¿Cuántos muertos palestinos puede aceptar el mundo sin inmutarse?

Germán Gorraiz Lopez|

El ex-presidente Jimmy Carter que logró el histórico acuerdo de Camp David entre Israel y Egipto en 1979, se habría distanciado de la política de los sucesivos gobiernos de Netanyahu y en su libro ‘Palestina, Paz no Apartheid’, Carter denuncia el “sistema de apartheid que Israel aplica sobre los palestinos”.

Asimismo, denuncia “el incumplimiento por parte de Israel de los compromisos adquiridos en el 2003 bajo los auspicios de George W. Bush”, que incluían las exigencias de la congelación total y permanente de los asentamientos de colonos judíos en Cisjordania así como el Derecho al retorno de los cerca de 800.00 palestinos que se vieron forzados a abandonar Israel tras su constitución como Estado en 1948 (nakba).

Dicha hoja de ruta fue aceptada inicialmente por Israel y ratificada posteriormente por Olmert y Abbas en la Cumbre de Annapolis (2007) con la exigencia de “finiquitar la política de construcción de asentamientos en Cisjordania y flexibilizar los controles militares que constriñen hasta el paroxismo la vida diaria de los palestinos”.

Netanyahu y la manipulación del miedo

El estadounidense Harold Lasswell (pionero de la “masscomunicación research”), estudió tras la Primera Guerra Mundial las técnicas de propaganda e identificó una forma de manipular a las masas ( teoría de “la aguja hipodérmica o bala mágica”), teoría basada en “inyectar en la población una idea concreta con ayuda de los medios de comunicación de masas para dirigir la opinión pública en beneficio propio y que permite conseguir la adhesión de los individuos a su ideario político sin tener que recurrir a la violencia”.(defensa de la sacrosanta seguridad de Israel).

Por su parte, Edward L. Bernays, sobrino de Sigmund Freud y uno de pioneros en el estudio de la psicología de masas, en su libro “Cristalizando la opinión pública”, desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento.

Según sus palabras “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía”, por lo que la propaganda del gobierno de Netanyahu será dirigida no al sujeto individual sino al grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustentan, sirviéndose de la dictadura invisible del temor al Tercer Holocausto, proceda de Hamás, de Hezbolá o de Irán.

Según el “Informe anual de los abusos contra los Derechos Humanos” del Departamento de Estado de Estados Unidos, con el Gobierno de Netanyahu se inició una peligrosa vulneración de los DDHH. por parte del Tzáhal o Ejército israelí ,  fruto del uso excesivo de la fuerza contra los palestinos en los territorios ocupados. Así, 149 palestinos habrían muerto a manos de las fuerzas israelíes en el 2015 de los cuales sólo 77 de ellos fueron muertos en ataques lanzados y el resto injustamente asesinados en manifestaciones o por daños colaterales durante las operaciones de rutina al tiempo que critica “la política de detención arbitraria, la tortura y el abuso asociado a menudo con la impunidad para los militares israelíes”.

Dicho extremo estaría refrendado por las declaraciones del subcomandante de las Fuerzas Armadas israelíes, Yair Golan , quien en un discurso pronunciado el Día del Recuerdo del Holocausto afirmó que “hay vestigios de las espeluznantes tendencias de la Alemania nazi en el Israel actual” y que “no todo lo que hacemos es correcto” haciendo referencia al incidente ocurrido en Hebrón en el que un soldado israelí remató a un palestino herido y tumbado en el suelo, siendo posteriormente condenado a 18 meses de prisión y puesto en libertad.

Sin embargo, la teórica política judío-alemana Hannah Arendt en su libro “Eichmann en Jerusalén”, subtitulado “Un informe sobre la banalidad del mal”, nos ayudó a comprender las razones de la renuncia del individuo a su capacidad crítica (libertad) al tiempo que nos alerta de la necesidad de estar siempre vigilante ante la previsible repetición de la “banalización de la maldad” por parte de los gobernantes de cualquier sistema político, incluida la sui-genéris democracia judía.

Según Maximiliano Korstanje “el miedo y no la banalidad del mal, hace que el hombre renuncie a su voluntad crítica pero es importante no perder de vista que en ese acto el sujeto sigue siendo éticamente responsable de su renuncia” (más de 1.500 niños palestinos muertos por las fuerzas israelíes desde la Intifada del 2000).

Jerusalem y la nueva masacre de Gaza

Theodor Herzl es considerado el padre del actual Estado de Israel y fundador del sionismo y en su libro “El Estado judío: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía”, propuso la creación de un Estado judío independiente y soberano para todos los judíos del mundo.

Promovió, asimismo, la creación de la OSM (Organización Sionista Mundial) y en su obra “La vieja Nueva Tierra”(1902), sienta las bases del actual Estado judío como una utopía de nación moderna, democrática y próspera en la que se proyectaba al pueblo judío dentro del contexto de la búsqueda de derechos para las minorías nacionales de la época que carecían de estado, como los armenios y los árabes.

El gobierno de Netanyahu aspira a resucitar el endemismo del Gran Israel (Eretz Israel), ente que intentaría aunar los conceptos antitéticos del atavismo del Gran Israel (Eretz Israel), que bebería de las fuentes de Génesis 15:18, que señala que “hace 4.000 años, el título de propiedad de toda la tierra existente entre el Río Nilo de Egipto y el Río Eúfrates fue legado al patriarca hebreo Abraham y trasferida posteriormente a sus descendientes”.

Esta doctrina tiene como principal adalid a Isaac Shamir al defender que “Judea y Samaria (términos bíblicos de la actual Cisjordania) son parte integral de la tierra de Israel. No han sido capturadas ni van a ser devueltas a nadie”. En dicha doctrina se basan los postulados actuales del partido Likud liderado por Netanyahu quien aspira a convertir a Jerusalén en la “capital indivisible del nuevo Israel”, tras la invasión de su parte oriental tras la Guerra de los Seis Días (1967) por lo que la Administración Trump trasladó la embajada estadounidense a Jerusalem, lo que se ha traducido en una nueva masacre en Gaza (más de 50 muertos en la celebración del 70º Aniversario de la Nakba) y el repudio hipócrita de la comunidad internacional.

**Analista internacional