Imaginario popular de resistencia

Aldemaro Barrios-Historia Viva|

Ya sabemos que la guerra implica violencia, es una extensión de la política llevada a extremos de confrontación física para posicionarse de territorios, recursos materiales, riquezas y de gente, en algunos casos de la fuerza de trabajo de esas gentes.

Engels señaló que las causas de las guerras y la violencia estaban en razones económicas y eso fue fundamentalmente la razón de la Guerra de Independencia en el Siglo XIX y así como esla guerra económica y las agresiones de EEUU contra Venezuela en el Siglo XXI, por la posesión de bienes materiales, de control económico y territorial al norte de Sur América.

Hagamos estas preguntas para reflexionar¿Para que la guerra de independencia ayer y porque la guerra económica contra Venezuela hoy? ¿Hasta cuándo el pueblo venezolano resistirá los embates de un asedio terroristao hasta cuándo Estados Unidos persistirá en ese afán de guerra contra Venezuela? ¿Cuál es el marco simbólico que permite resistir una ofensiva brutal contra el pueblo de Venezuela? Eso podría responder porque los Estados Unidos no podrán derrotar y subyugar Venezuela.

Las claves para entender esa capacidad de resistencia del pueblo venezolano hay que buscarlas debajo de las piedras de la Cordillera de los Andes, desde Trujillo en Venezuela, Popayán o Boyacá en Colombia hasta Ayacucho o el Alto Perúhoy Bolivia donde fueron a parar los restos óseos dellaneros venezolanos que escogieron la ruta de liberación e independencia de América hace 200 años bajo la dirección de El Libertador Simón Bolívar.

Esos muertos hablan a través de sus cicatrices ebúrneas y siguen dialogando a Nuestra América a través de los testimonios que la memoria histórica del pueblo recogió en los episodios épicos que hoy rebotan en forma de resistencia social.

Otra clave por insignificante que suene,es el aprendizaje histórico que nos dieron los maestros y maestras con sus lecciones de admiración y conciencia por la épica independentistas, memoria que quedó grabada en las mentes tiernas cuando éramos infantes, pocas veces reconocemos el valor simbólico de esa labranza primera que nos hizo querernos como patria y que perdurará en nuestra memoria hasta el final de la vida.

La conciencia colectiva del pueblo venezolano sabe que la Guerra de Independencia no ha concluido y que estamos en el proceso de un capítulo contemporáneo como continuación de esa historia y de la consumación de una deuda social que no fue cumplida durante el siglo XIX ni a lo largo del siglo XX y que se expresa en hacer cumplir los postulados de un gobierno de garantías colectivas y felicidad social como lo postuló Bolívar y que Hugo Chávez catalizó y puso en práctica como realización experimental concreta.

La mitología, la épica y la mística religiosa popular acompañaron a los negros e indios, liberados, pardos libres y mulatos para luchar por la independencia no desde la contemplación sino desde la necesidad de justicia por la repartición justa de la tierra, de acceso a los beneficios colectivos al que estaba y está obligado el Estado, al derecho fundamental a la vida, a tener dignidad de trato y relaciones con los factores de poder en términos de igualdad. ¿No es acaso eso mismo por lo que lucha el pueblo venezolano, el colombiano, los ecuatorianos, el boliviano, el argentino hoy?

Chávez era consciente de ese saber popular, reinterpretó a Bolívar y revitalizó la simbología de la patria grande.

Rafael Cartayprofesor de la Universidad de los Andes escribió en 2001 que: “Los símbolos patrios actúan,  como un soporte que proclama una profesión de fe por la nación expresado en optimismo inquebrantable en su destino”. Más adelante el autor cita al filosofo e historiador francés Georges Dumézil [1]: ”un pueblo sin mitos ya está muerto porque la función social de los mitos es expresar dramáticamente la ideología de que vive la sociedad, mantener su conciencia, los valores que reconoce, los ideales que persigue…los vínculos y tensiones que la constituyen”.[2]

El autor ni algún otro analista político no podrá negar que ese concepto fue reactivado y dinamizado por Hugo Chávez.

Identifica este autor que el término “nación” etimológicamente viene del latín “nascere” y el nacimiento es fecundo uno de los actos maravillosos de los seres vivos, de manera que defender la nación es defender la vida y eso es lo que están haciendo los venezolanos. La experiencia de los primeros 10 años de Revolución Bolivariana les probó que si es posible tener patria para el “buen vivir” en los conceptos del boliviano Huanacuni Mamani, eso es en equilibrio con la naturaleza.

Por eso fueron capaces de confrontar la pandemia con muy bajo impacto social y lograron junto a Cuba los índices sanitarios más seguros en América y el mundo, mientras que Colombia y Brasil se desmoronan en miles de muertos por el Covid 19.Pero además capaces de resistir un asedio brutal como el que le impone Estados Unidos.

Durante los años 60 con la redimensión de la Doctrina de Seguridad y Defensa Hemisférica aplicada brutalmente contra Cuba y América Latina en general, la Unión Soviética visionó la  política de convivencia pacífica al mostrar como el pueblo cubano con el apoyo ruso pudo construir un modelo social, científico y tecnológico que mostrara la posible redención social, así lo expusieron los cubanos en el campo de la educación, la producción agropecuaria, la medicina y las ciencias entre otras bondades de su desarrollo social.

Ese ejemplo era nefasto para la élites oligarcas de Estados Unidos porque iba a entusiasmar a las 600 millones de personas que pueblan América Latina y de ninguna manera iban a perder los favores de hacerse de recursos minerales, petróleo, gas, agua, alimentos y mano de obra barata que provee el sur al norte además de un mercado seguro para las industrias capitalistas y el comercio desde el norte al sur.

Por eso quisieron aplastar a Cuba y por eso quieren aplastar a Venezuela, cosa que no será del todo sencilla, como si se tratara del juego de videoque imagina DonaldTrump, con un jugador invasor como Duque que irrumpa digitalmente el territorio enemigo (Venezuela) y dispara un ping y extermina el objetivo. No es posible.

Es cierto, la situación en Venezuela es difícil, el asedio cada día atenaza las posibilidades de vivir dignamente como fueron los 12 primeros años de Revolución Bolivariana, sin embargo los venezolanos han hecho de tripas corazones para resistir las agresiones, desde lo individual y lo colectivo solidario. Será muy difícil que EEUU pueda ganar esta guerra, cuando se enfrenta contra millones de seres humanos organizados con un tejido social coherente aplicando inteligencia cívico-militar.

Los meses que restan de 2020 serán muy duros, Elliot Abram se juegan una carta definitiva. Le temen a ese ejemplo de resistencia y espíritu de lucha inspirada en Bolívar y Chávez, que ya no es exclusivo venezolano, es un ejemplo nuestro americano, porque están rebrotando semillas de resistencia social a lo largo de los Andes como los temblores previos a unaerupción volcánica que en cualquier momento puede estallar.

José Antonio Páez en sus tiempos de comandante de tropas llaneras en la batalla de Carabobo de 1821 escribió su experiencia de guerrillero y señaló una enseñanza de hace 200 años que tiene vigencia hoy: “El sistema de guerrillas es y será siempre el que debe adoptarse contra un ejército invasor en países como los nuestros…”[3].

Notas

[1]Dumézil, realizó una contribución capital al conocimiento de la dinámica del espíritu humano, estudiando las sociedades y las religiones indoeuropeas a partir de la comparación de los antiguos mitos pertenecientes a numerosos pueblos originarios europeos.

[2]Cartay Rafael (2001) El símbolo patrio en la construcción de la nación. Rostros de la identidad. II Simposio. Venezuela tradición y modernidad. Fundación Bigott. Caracas Venezuela

[3]Páez, José Antonio (1946) Autobiografía del general José Antonio Páez. Editorial l H. R. ELLIOT & CO., INC. NEW YORK, N. Y.

*Investigador del Centro Nacional de Historia Venezuela.Premio Nacional de Periodismo Mención DDHH 218