Gabriel Gil y Lalo Rivas: “Urge la participación campesina en la toma de decisiones”

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La pequeña y mediana producción agrícola y agropecuaria está aportando más del 70% de la comida que se genera en todo el territorio venezolano, siendo actor fundamental para la soberanía alimentaria. Su importancia para la Revolución Bolivariana está ligada también al fortalecimiento del poder popular, así como al desarrollo de una economía productiva sustentable, en pro de la construcción del modelo Socialista. Es en estos términos que la relevancia de la producción agrícola y agropecuaria en pequeña y media escala es reconocida ampliamente en el “Plan de la Patria”, programa del Gobierno Bolivariano para los años 2013-2019 presentado por el Comandante Chávez y hecho propio por Nicolás Maduro al asumir la Presidencia. Sin embargo, actualmente está siendo afectada por una política agraria desacertada, no coherente y contraproducente.

Gabriel Gil, pequeño productor agropecuario del estado Lara, y Gerardo “Lalo” Rivas, constituyente por el sector campesino, explican los problemas presentes y las posibles soluciones.

Un ejemplo concreto: Los huevos

Imagen relacionada“Somos conuqueros en lucha, vamos a seguir siempre apoyando al proceso bolivariano y al presidente Nicolás Maduro. En el marco de la Guerra Económica estamos intentando producir con recursos mínimos. Pero desafortunadamente, desde hace un tiempo, el Ministerio del Poder Popular para la Agricultura Productiva y Tierras (Mppapt) piensa más en los grandes productores, en el empresariado del campo. Aquí en Venezuela es un sector muy particular, porque más que productores agropecuarios eficientes, se trata en realidad de “seudo productores” cuyo negocio real es la importación: de alimentos, de insumos, de agroquímicos, de materia prima, de soya transgénica [1], entre otros rubros. Aún a sabiendas de que estos grupos empresariales son importantes actores de la guerra económica que se está librando contra el País, se han convertido en el sujeto del Mppaot en la gestión actual, dejando de lado al sujeto social de la Revolución: las campesinas y los campesinos”. Así lo relata Gabriel Gil, quien participó en la campaña para una Venezuela Libre de Transgénicos, que llevó en 2015 a la histórica conquista de la Ley de Semillas [2].

“Luego de ese gran logro, decidimos dedicarnos a la producción agropecuaria en pequeña escala, y estuvimos vendiendo huevos y carne de pollo muy por de bajo del precio especulativo. La vendíamos localmente, pero una vez al mes atravesábamos más de 500 km del territorio nacional para llevar huevos, carne de pollo y queso de cabra baratos a la Feria Conuquera, en Caracas. Como nosotros, había en el estado Lara alrededor de 4000 pequeños productores, cada uno con 400 o 600 gallinas. Sumándonos producíamos un total de más de 1 millón 600 mi huevos diarios” cuenta Gabriel Gil.

“Pero hace tres meses nos hizo “dumping” [3] la empresa El Tunal [4]: una empresa agropecuaria de gran escala, beneficiaria de dólares preferenciales por parte del Gobierno, para la importación de insumos destinados a la elaboración del alimento balanceado para gallinas ponedoras y otros animales. ¿Qué hicieron? bajaron el precio de los huevos por aproximadamente una semana, y luego aumentaron el precio del alimento concentrado. Por supuesto hicieron que los pequeños productores quebráramos. Posteriormente hubo un aumento exorbitante del precio del cartón de huevos: si hace 6 meses costaba 6.000 bolívares, ahora supera los 80.000. El dumping es una práctica ilegal y las leyes venezolanas – en particular la Ley de Seguridad y Soberanía Alimentaria – la sancionan”, afirma.

“Aún después de eso, nosotros tratamos de resistir. Pero desde hace un par de semanas las empresas comercializadoras y productoras de alimentos balanceado para animales, en este caso para gallinas ponedoras y pollos de engorde, se negaron a venderle a los pequeños productores” dice Gabriel Gil, enumerando las empresas PROTINAL (que pertenece al grupo POLAR); CONVACA; Alimentos COLACA; Alimentos La Piedra; Alimentos SÚPER S.

Resultado de imagen para venezuela produccion de huevos“Nosotros tenemos 570 gallinas. Estamos buscando transitar hacia la agroecología, sin embargo, aún dependemos de ese tipo de alimentos para garantizar la producción. Desafortunadamente tenemos dos semanas ya sin alimento: sólo logramos obtener uno muy caro y de mala calidad, y las gallinas bajaron totalmente la postura. Estamos obligados a ponerlas en venta. En mi pueblo éramos 11 pequeños productores, y ya quebramos todos”, aseguró Gil.

Según Gabriel Gil, esta situación no constituye una excepción: “Hay una práctica sistemática y y diversificada para quebrar al pequeño productor, y se está desarrollando a nivel nacional. Lo mismo pasa con la producción de porcinos a pequeña escala o con las pequeñas unidades productivas de café, por no tener acceso a los insumos necesarios para la producción” asevera.

Frente a la situación, el Mppapt no ha tomado ninguna medida: “en este contexto de guerra económica, el Ministerio está básicamente borrado del mapa. Ni siquiera llegan a las comunidades para entregar las guías de movilización a las productoras y los productores que se están arriesgando a llevar la producción a la ciudad”. Éste hecho los expone también a la extorsión o “matraqueo” por parte de efectivos militares y policiales en los puestos de control, una práctica que se ha incrementado con la difícil situación económica del País: “Aunque vayamos en un camión que nos presta el mismo gobierno, te quitan dinero con cualquier excusa. Si cargas o no la guía de movilización, si cargas o no el extintor… te amenazan con dejarte el carro detenido, y al final tienes que darle parte de la producción o dinero”.

Según el último Censo Agrícola disponible [5], el 82% de las unidades de producción agrícola y agropecuaria son de pequeña y mediana escala. Para hacer valer sus derechos, es fundamental que se organicen.Resultado de imagen para venezuela produccion de huevos

“Aunque estuvo muy fuerte entre el año 2005 y 2012, actualmente no existe una organización de pequeños productores y productoras. Esta desarticulación impide que tengamos capacidad de presión sobre el Ministerio, para que retome el camino del que no debió haberse desviado: el camino que planteó el comandante Chávez y que planteamos nosotros como organizaciones populares” reflexiona Gabriel Gil, “pero estamos empezando nuevamente a formar una red a nivel local de productoras y productores libres y asociados”. Por otro lado, propone “hacer un llamado al Presidente Nicolás Maduro y a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para que vayan hacia el trabajo del campo, para enfrentar la guerra económica desde los espacios productivos”.

“Las crisis son para encontrar soluciones”

Resultado de imagen para venezuela gerardo lalo rivas“Nunca nos preparamos para esto. Además de que estamos en una guerra económica, lo poquito que llega siempre se le da a los grandes productores, y los pequeños quedan sufriendo. Además, no estando organizados, nos cuesta movilizarnos” confirma Gerardo “Lalo” Rivas, constituyente por el sector campesino e integrante de la Asociación de Productores Integrales del Páramo merideño (PROINPA).

“Hay que cambiar la política económica y productiva del País abriendo la participación de las campesinas y los campesinos en la toma de decisiones respecto al tema agrícola. Normalmente siempre hay reuniones, se discute, pero nunca se le da al productor, al campesino, el poder de decisión. Entonces siempre se choca” dice Gerardo Rivas, acotando el ejemplo actual de la fijación de precios: “Para el café se aprobó un precio y en Gaceta salió otro. Eso no debe ser. Si hablamos de una ley de precios acordados con el productor primero, no puede ser que el industrial y el Estado después le pongan otro precio”.

“Respecto al tema de la soya para el consumo de los animales: ¿Quién la trae? El Estado. ¿Quién la distribuye? El Estado, pero prefieren entregársela a los grandes productores, como PROTINAL – que de paso bota a los pollos[6] – en vez de dársela a un productor que cría 1500-2000 gallinas. Siempre la tendencia es favorecer el grande productor, pero históricamente, en el mundo, son los pequeños productores los que aportan la mayor parte de la comida” , afirma Gerardo Rivas.

“Esa soya, además, es transgénica. En Venezuela, la Revolución Bolivariana dijo que no a los transgénicos, pero con dolor hay que decirlo: estamos consumiendo transgénicos, porque los animales que nos comemos son alimentados con soya transgénica”[7]. Rivas afirma que en Venezuela“tenemos semillas de soya y estamos en condiciones de producirla”, liberándonos del transgénico y del costo de la importación: en este caso el obstáculo a superar son los intereses adversos de quienes tienen su negocio en las importaciones y en los dolares preferenciales de la renta petrolera.

Con respecto al actual proyecto del Conglomerado Agrosur, creado por decreto presidencial a finales de septiembre para fortalecer el motor agroalimentario de la Nación, Gerardo Rivas afirma: “Es necesaria la participación de los pequeños productores y las Comunas en Agrosur, para que no sea otra corporación más que no sirva. El Estado tiene que manejarla junto con la participación y supervisión del Poder Popular. En la directiva debe haber gente del Poder Popular, de los campesinos y las campesinas, que son quienes sabemos y producimos.”

Esa participación, sin embargo, habrá que conquistarla: porque en la Ley emanada recientemente por la ANC para establecer el funcionamiento de Agrosur, aunque se priorice la participación del Poder Popular en la producción, no se le abre espacio en su máxima autoridad y órgano decisional: la Junta Directiva, cuyos integrantes son designados de manera vertical por el Presidente de la República y la Ministra o Ministro de Agricultura Productiva y Tierras, quien además establece quienes son los integrantes del Conglomerado (entre empresas del sector público, organizaciones productivas de base del Poder Popular y empresas privadas).Resultado de imagen para venezuela gerardo lalo rivas

“En la ANC se están tratando todos estos temas” asegura en constituyentista. “Yo integro la Comisión de Economía: allí llevo estos planteamientos, pero yo diría que el proceso es muy lento. La situación del País necesita una respuestas más rápida. Es cierto que estamos en una guerra no convencional, pero hay soluciones posibles: inclusive, a veces las crisis se crean para que surjan las soluciones. Una de ellas es producir lo que comemos. Hay gente que ya está trabajando en eso, que son pioneras, pero que no son visibilizadas: hay que multiplicar esas experiencias. Nosotros tenemos todas las condiciones para producir lo que comemos: agua, suelo, gente que sabe, técnicos, gente formada y productores con ganas de echarle pichón – incluso hasta gente que no cree en el gobierno pero que son productores y viven de eso”.

“PROINPA se creó justamente con la idea de cambiar el sistema. Es una organización que viene formándose desde hace años, buscando soluciones en colectivo. Hemos dado unos pasos gigantes en la producción de la semilla de papa: ya son dos años que no se importa semilla de papa. Ahora estamos también ocupándonos de las semillas de zanahoria, de ajo, de apio, estévia. No nos quedamos estancados, siempre estamos innovando” finaliza.

Notas:

[1] En la República Bolivariana de Venezuela está prohibida la producción y la siembra de semillas transgénicas. Se trata de un logro de la campaña Venezuela Libre de Transgénicos que, después de una lucha jurídica fuerte, de más de tres años llevó a la construcción colectiva de la Ley de Semillas (2015) antitransgénica, antipatente y antiprivatizadora, que respeta el mandato constitucional según el cual el génoma de los seres vivos no pueden ser privatizado en Venezuela. Sin embargo, no hay control de este tipo sobre las importaciones de materia prima y de alimentos terminados.
[2] Ver nota anterior.
[3] El dumping es descrito como una práctica de competencia “desleal”, por la cual una empresa vende sus productos a un precio inferior al costo de producción para eliminar la competencia y establecer un control o un monopolio sobre el mercado.
[4] La empresa el Tunal es parte de un poderoso imperio económico del occidente venezolano, propiedad de Alejo Hernández, alias el Tornillo.
[5] VII Censo Agrario, realizado entre 2008 y 2009, publicado en 2011 por el Ministerio de Agricultura y Tierras (MAT).
[6] https://ciudadvalencia.com.ve/pollitos-enterrados-vivos-protinal/ y http://vtv.gob.ve/guerra-economica-empresa-protinal-bota-miles-de-pollos-aptos-para-el-consumo-humano/
[7] Ver nota 1