En busca de la gobernabilidad

Aram Aharonian – Miradas al Sur

A menos de una semana de las elecciones parlamentarias que definirán todas las bancas de la Asamblea Nacional se redobla la presión de la derecha internacional sobre el gobierno.

Lo que sí es claro es que arranca arriba en la recta final y aunque el gobierno se jugará el todo por el todo, si tuviera que apostar diría que la oposición va a obtener más curules de los que creen los chavistas (y muy probablemente más que ellos), pero menos de los que esperan algunos opositores que ya están enfriando la champaña”, señaló José Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis y guionista de la oposición.

Pese a los cantos de victoria de la oposición, en al menos 20 circuitos –entre ellos los cinco circuitos plurinominales que eligen cada uno tres diputados– los resultados se anuncian muy reñidos: éstos son los que decidirán quién contará con mayoría de diputados, simple o calificada, en la Asamblea Nacional. La MUD niega completamente la posibilidad de perder en esos circuitos. La dirigencia opositora tendrá dificultades para el reconocimiento de los resultados si le son adversos, por más que sea obvio que un circuito empatado no se debe considerar como ganado de antemano.

Hasta el momento, del lado gubernamental no se considera que el triunfo esté asegurado, lo que facilitaría que un revés pueda ser digerido y se acate la suma de actas que dé a conocer el CNE, señala el politólogo Leopoldo Puchi.

Ramos Allup, leader of the opposition party AD speaks during an interview with Reuters in Caracas
Henry Ramos Allup

La situación interna en el conglomerado opositor crece, tras los desaciertos constantes de Chúo Torrealba, coordinador de la Mesa de Unidad Democrática, quien recibió duras críticas del gobernador de Lara, Henri Falcón, del empresario Gómez Sigala, y de los proscriptos golpistas Antonio Ledezma y María Corina Machado. Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática, está convencido de que habrá elecciones, que va a ganar el MUD “de manera sólida en número de votos y de diputados, que el gobierno va a reconocer los resultados y de que aquí no va a haber ningún disturbio ni sobresalto”. “Nos estamos jugando el comienzo de la finalización del gobierno”, afirmó.

Los planes (y recursos) foráneos

En las últimas dos semanas se revelaron tres indicadores de la política y planes de Estados Unidos respecto a las elecciones. Tanto John Kelly, jefe del Comando Sur del Ejército de EE.UU. como el diplomático Thomas Shannon “advirtieron” de cómo las relaciones dependían de esas elecciones y de su transparencia, que valorarán ellos y la oposición vernácula.

Concomitantemente se verificaron la violación del espacio aéreo venezolano por un avión militar de EE.UU., hecho reconocido por el gobierno de ese país; la presencia de un portaaviones al sur del continente y que se supone que estará frente a Venezuela los primeros días de diciembre, y la revelación que hiciera Edward Snowden, quien investigó en 2010 sobre el espionaje en la estatal petrolera Pdvsa que hacía la Agencia Nacional de Seguridad que llegó a fichar a 10 mil empleados, con diversidad de información confidencial sobre esa empresa.

Estos tres episodios revelan que Washington cree llegado el momento para interrumpir el proceso de la Revolución Bolivariana. “Están persuadidos, y con razón, de que afectará todo el proceso en la región. De allí su interés en penetrarla, sabotear, estimular la guerra económica y la campaña mediática que adelantan con las agencias y servicios noticiosos internacionales, y en medios de gran influencia en cada uno de nuestros países”, señala el director del diario Últimas Noticias, Eleazar Díaz Rangel.

A esto se suma el financiamiento por medio millón de dólares a una serie de más de 20 ONG y organizaciones opositoras con el objetivo de coordinar con diferentes ONG internacionales la presencia en Venezuela de “observadores” internacionales para las parlamentarias y para seguir en la campaña de deterioro nacional e internacional de la imagen del gobierno, subrubro para lo que siempre están dispuestos fondos.

En la reunión del 29 de septiembre en una sede del MUD en Caracas, estuvieron presentes los “sponsors invitados” o patrocinadores de la desestabilización Henning Suhr, representante de la Fundación alemana Konrand Adenauer, Lee Mclenny, encargado de Negocios de EE.UU., y Samuel David Sipes, funcionario de la oficina política de la misma representación diplomática y sucesor de Phililp Laidlaw en la oficina de la CIA en la capital venezolana.

Presión cartelizadaterrorismomediatico

A ello se le añade la posición de factores de poder mundial que estiman como “inaceptable” una derrota de la oposición, independientemente de lo que arroje el conteo de votos. Las presiones desde el exterior, como las que vienen realizando los medios internacionales y un grupo de expresidentes, apuntan en esa dirección.

En vista de todo esto, la misión de Unasur, encabezada por el expresidente dominicano Leonel Fernández, buscó establecer canales de diálogo que pudieran evitar que la situación se escape de las manos, con la firma de un nuevo acuerdo con el compromiso de aceptar los resultados aun cuando la brecha sea mínima.

Jesús Torrealba, coordinador de la MUD, señaló que la oposición no firmará el documento propuesto por Unasur, y aprovechó para felicitar a Mauricio Macri: “Es importante lo que ocurre en el Cono Sur. Hay claros paralelismos entre la situación del 22-N en Argentina y lo que ocurrirá el 6-D en Venezuela. Se derrotó a un gobierno violento que abusó de los recursos del Estado. Como dijo Macri, los argentinos hicieron posible lo imposible con esa herramienta que es el voto”.

Los encuestadores alertan sobre la embriaguez triunfalista opositora, cuando la brecha se ha ido cerrando en las últimas dos semanas. “La oposición tiene que ganarle a la narrativa de Chávez”, dice la consultora Delphos, de ruptura, antagonismo y cambio, dotada de un gran poder de persuasión y capacidad movilizadora.

“De carácter polarizador y confrontador, se sustenta en la construcción de un ‘nosotros’ y un ‘ellos’. Ese otro, un obstáculo apátrida identificado con burguesía, oligarquía, corrupción, capitalismo, imperialismo… Así, el 6-D viene a ser parte de la eterna lucha entre el bien y el mal, una victoria épica sobre los adversarios conducida por el líder eterno Chávez y bajo la gestión de Nicolás Maduro”, señala la socióloga Maryclén Stelling.

Fuente: http://www.miradasalsur.com.ar/2015/11/29/revista/venezuela-en-busca-de-gobiernabilidad/