El Acuerdo de París para contener el calentamiento global es papel mojado

 

El Acuerdo de París para contener el calentamiento global no está sirviendo para nada, advierte el PNUMA: sólo 57 países están cumpliendo sus compromisos, por lo que la amenaza de alcanzar los 3ºC a finales de siglo se concreta por el fracaso de las instituciones políticas.

El Informe anual del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que analiza el estado de los compromisos políticos en relación con el Acuerdo de París para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, presenta este año un resultado demoledor. Señala que estamos muy lejos de cumplir los compromisos adquiridos en 2015 para contener el calentamiento global y que, si continúan las tendencias actuales, el calentamiento global será de 3 °C al finalizar este siglo. A partir de entonces el calentamiento será aún más drástico.

El informe fue divulgado en vísperas del inicio de la 24ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP 24), a la que asistirán alrededor de 200 países y que supone la mayor iniciativa mundial para reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) y frenar el calentamiento global. La COP24 se celebrará en la ciudad polaca de Katowice entre el 2 y el 14 de diciembre próximos.

Más calor y contaminación

La primera constatación del informe del PNUMA es que en el año 2017 las emisiones de gases de efecto invernadero volvieron a aumentar después de tres años de estabilidad, agravando la emergencia climática y poniendo en evidencia la fragilidad de las instituciones políticas para limitar los efectos del cambio climático.

La segunda constatación es que las medidas a adoptar para conseguir que se cumpla el Acuerdo de París deben triplicarse si queremos que la temperatura del planeta se mantenga en 2100 por debajo de los 2ºC, en relación con la que había antes de la revolución industrial.

Hay que tener en cuenta que toda la batalla para contener el calentamiento global se limita a mantener la temperatura global en superficie del planeta en los niveles previos a la revolución industrial, que a mediados del siglo XVIII marcó el inicio del cambio climático.

En la Conferencia de París sobre el Clima (COP21), celebrada en diciembre de 2015, 195 países firmaron el primer acuerdo vinculante mundial sobre el clima. Para evitar un cambio climático peligroso, el Acuerdo establece un plan de acción mundial para no superar nunca un aumento de la temperatura global por encima de los 2ºC, así como para contener el aumento de la temperatura en los 1,5ºC.

La tercera constatación del informe del PNUMA es que, si queremos movernos en un calentamiento aceptado de 1,5ºC, tendremos que quintuplicar los compromisos nacionales adquiridos en 2015.

Imparable escalada

Hay que tener en cuenta que el clima del planeta ya alcanzó 1ºC por encima de los niveles industriales el siglo pasado y que el escenario actual no es nada reconfortante: tal como señala Global Climat, sólo el pasado mes de octubre el aumento de la temperatura fue de 1,16ºC y que incluso en febrero de 2016 se superó el límite del Acuerdo de París, alcanzándose un máximo de 1,6ºC.

La advertencia del PNUMA se suma a la realizada el mes pasado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Tal como informamos en otro artículo, el IPCC señala que las emisiones globales deben reducirse drásticamente en 12 años, para que en 2030 podamos limitar la temperatura global en el objetivo de 1,5ºC.

La escalada de la temperatura es paralela a la irresponsabilidad política: el PNUMA hace un repaso de dónde están los compromisos adquiridos en el seno de diferentes agrupaciones de países y concluye, por ejemplo, que siete países del G-20, que representan el 78% del total de las emisiones del mundo, están incumpliendo gravemente sus obligaciones: el primero Estados Unidos, pero también Argentina, Australia, Canadá, República de Corea, Arabia Saudita y Sudáfrica. En toda la Unión Europea pasa lo mismo.

Solo 57 países, de los 195 firmantes del Acuerdo de París, están en camino de iniciar una tendencia a la baja antes de 2030, indica el estudio. En general, si se quiere poner al mundo en vías a limitar el calentamiento global en 2°C, para 2030 las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) deben ser aproximadamente un 25 % menores que en 2017, señala el PNUMA.

Si bien los autores resaltan que todavía existe la posibilidad de cerrar la brecha de emisiones y mantener el calentamiento global por debajo de 2 °C, la el PNUMA emite una advertencia clara: el tipo de acción drástica y a gran escala que necesitamos con urgencia aún está por verse.

Hoja de ruta

Para llenar este vacío, el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2018 ofrece una nueva perspectiva sobre las acciones requeridas para cumplir los objetivos climáticos. Los autores ofrecen una hoja de ruta para implementar medidas transformadoras en la política fiscal, el campo de la innovación y la acción climática del sector privado y subnacional, de la cual el informe hace una revisión exhaustiva.

Gobiernos municipales, estatales y regionales, empresas, inversores, universidades y organizaciones de la sociedad civil cada vez se comprometen más con la acción climática audaz. Estas instituciones son cada vez más reconocidas como un elemento clave para lograr los objetivos globales. Aunque las estimaciones sobre el potencial de reducción de emisiones de estos sectores varían ampliamente, algunos mencionan hasta 19 GtCO2e para 2030, lo que sería suficiente para cerrar la brecha en 2°C.

Este escenario, acompañado por una política fiscal cuidadosamente diseñada, tiene un potencial aún mayor. “Cuando los gobiernos adoptan impuestos a los combustibles fósiles y medidas de política fiscal para subsidiar las alternativas de bajas emisiones, pueden estimular las inversiones correctas en el sector energético y reducir significativamente las emisiones de carbono”, dijo Jian Liu, Científico Jefe de ONU Medio Ambiente, en un comunicado.

“Afortunadamente, el potencial de usar la política fiscal como un incentivo es cada vez más reconocido. Ya están implementadas o programadas 51 iniciativas de fijación de precios del carbono que cubren aproximadamente 15% de las emisiones globales. Si se eliminaran todos los subsidios a los combustibles fósiles, las emisiones globales de carbono podrían reducirse hasta 10% para 2030. También es esencial establecer el precio correcto del carbono. A US$ 70 por tonelada de CO2, en algunos países es posible reducir las emisiones hasta 40%”, añadió Liu.

Estas alternativas mejoran cuando los gobiernos adoptan soluciones innovadoras. El informe describe cinco principios clave para acelerar la innovación baja en carbono, entre estos, la absorción de riesgos por parte del sector público para hacer posible la comercialización de tecnologías.

Referencia:

Emissions Gap Report 2018. 27 November 2018. UN Environment.

*Publicado por REVISTA ELECTRÓNICA DE CIENCIA, TECNOLOGÍA, SOCIEDAD Y CULTURA