Francisco, cuatro años después
Juan José Tamayo |
Los tiempos históricos en la Iglesia católica se hacen casi eternos. La tendencia es a dar respuestas del pasado a preguntas del presente. Los cambios tienen un corto recorrido. Así sucedió con el Concilio Vaticano II (1962-1965), convocado por Juan XXIII para reformar la Iglesia, que estaba anclada en el Medioevo. Aquella primavera eclesial apenas duró un lustro y fue seguida por un largo periodo invernal. Francisco parece haber roto el estancamiento del tiempo eclesiástico y puede hablarse de cambio…