Argentina: Una semana de la minería, fuera de tiempo

JUAN GUAHÁN| En los primeros días de mayo, según la tradición, se celebra la Semana de la Minería, pero el tema minero ocupó esta semana uno de los primeros lugares del interés público, no obstante que esta semana de febrero hubo otros hechos que no se pueden dejar de mencionar, mientras un calor agobiante abarcó la mayor parte de la geografía argentina. Question ;Latinoamérica

La última semana se hizo público el incremento salarial (de más del 100%) que se autootorgaron los legisladores nacionales, en un acta que firmaron Amado Boudou (como Presidente del Senado) y Julián Domínguez (por Diputados) en la tarde del 28 de diciembre (Día de los Inocentes) del año pasado. Con ello le dan otro sopapo al deteriorado prestigio del parlamento nacional.

Los datos macroeconómicos indican que Argentina le sigue gambeteando a la crisis mundial que ahora observa atónita como Italia de suma a los países europeos que están en recesión.

Pegado al tema minero se desenvuelve una cuestión que tiene como protagonista a otro bien que también sacamos de las entrañas de la tierra, el petróleo. En este tema se profundiza el conflicto con YPF y las provincias petroleras comienzan a exigirles mayores inversiones, con la advertencia que podrían llegar a quitarles concesiones. Algunas de ellas fueron prorrogadas por muchos años en estos últimos tiempos (Un caso típico fue la del Cerro Dragón -Chubut y Santa Cruz- donde está el 23% de nuestra reservas y en 2007 se amplió la concesión –que vencía en 2017- por otros 10 años, pudiendo ser ampliada a 20 años más, llegando al 2047)

Estas medidas eran parte de la política de beneficiar a las petroleras para que éstas inviertan, fundamento de la Ley de Incentivo a la Explotación -aprobada en 2006- por la cual se le daban privilegios impositivos para que hagan las inversiones que ahora se comprueba que no realizaron, cayendo producción y reservas.

El conflicto sindical entre algunos gremios de la CGT y el gobierno sigue su curso. En esta semana Pablo Moyano, hijo de Hugo Moyano, al frente del Sindicato de Camioneros, planteó –irónicamente- que el piso de su pedido a la paritaria es por un aumento del 100%, cifra alcanzada “por los compañeros legisladores”.  Hugo, al frente de la CGT, manifestó su malestar por la escalada represiva (a los ex soldados movilizados con motivo de Malvinas –en la Capital Federal- y a los reclamantes contra la mega minería en las provincias andinas).

Mientras sectores próximos al “moyanismo” descartaban futuras movilizaciones de la CGT junto a la CTA opositora, ésta última convocó una importante marcha –en el centro porteño- pidiendo la derogación de la “Ley Antiterrorista” que se está aplicando a algunos de los movilizados en el conflicto minero.

La Presidenta desde los comienzos de la semana se encuentra en Santa Cruz. Allí, a bastante distancia de estos acontecimientos, aunque muy informada de su evolución, transcurre unos días particularmente sensibles. Su hijo Máximo –de mudanza a la Quinta de Olivos- cumplió 35 años el pasado jueves, ella hoy cumple 59 y el próximo 25 hubiera sido el cumpleaños de Néstor.

Vamos al centro de la cuestión planteada, el tema de la minería o mejor dicho: las grandes inversiones de empresas trasnacionales de la megaminería a cielo abierto. Este tema permite un múltiple abordaje, entre los principales puntos, que no se pueden soslayar están: La cuestión del trabajo (mano de obra ocupada); su relación con el medio ambiente; su impacto sobre el desarrollo de las áreas involucradas y el tema de la soberanía y desarrollo nacional.

Por razones obvias el sindicato de mineros (AOMA) defiende esta actividad, en todos sus aspectos y modalidades. Las empresas de la megaminería cuentan con todo el aval sindical. Mientras voceros de estas empresas manifiestan que dicho sector ocupa cerca de medio millón de personas, el propio sindicato reivindica tener 35 mil afiliados, incluyendo las actividades no metalíferas, que constituyen la mayor parte de los mismos.

Uno de los puntos más débiles de la megaminería a cielo abierto, respecto al impacto que tiene en la opinión pública es el tema de su relación con el medio ambiente. En este sentido los aspectos más críticos se manifiestan en los riesgos que genera el uso del cianuro y en el volumen de agua que consume y el peligro de su contaminación con el uso de dicho cianuro y otros químicos utilizados. Respecto al cianuro, el Parlamento de la Unión Europea (Resolución 2593/2010) prohibió la explotación minera que utiliza tecnologías a base de cianuro. Esta norma obligó el cierre de este tipo de actividades para fines del 2011.

En cuanto a la incidencia socio económica de esta actividad sobre las áreas afectadas o vinculadas a la misma hay una fuerte polémica. Por un lado los beneficios temporales que trae la utilización de mano de obra (bien paga), técnicos (mejor pagos aún) en una determinada zona. Por la otra el efecto que la mina puede producir respecto al futuro, particularmente en lo que concierne a la salud de los residentes, la producción agrícola ganadera y los cultivos de la zona, que son la forma de subsistencia y desarrollo de la mayoría de los pobladores de dichas regiones. El propio parlamento europeo, cuando planteó la prohibición de este tipo de explotaciones mineras estimó que una mina sujeta a esta actividad tiene una vida útil que va de 8 a 16 años, pero sus efectos negativos quedan (por siglos) en el agua y la tierra de la zona afectando a los pobladores de la región.

Por último, aunque no sea el menos importante, resta plantear el tema de la soberanía sobre los recursos y los beneficios económicos –para el país- de corto y largo plazo. Cuando estas explotaciones están a cargo de empresas trasnacionales, mediante el pago de un canon, lo cierto es que se entrega un recurso no renovable que deja solo algunos beneficios y todo el perjuicio al futuro de la región y el país. Muchos evalúan que esa situación cambia si esos beneficios quedan en el país y se invierten socialmente creando condiciones económicas y sociales sustentables con vistas al futuro.

Siglos de historia de Nuestra América muestran cómo estas explotaciones, hechas por empresas trasnacionales, coloniales o imperialistas, se llevan la riqueza dejando a la población sumida en la miseria y el desamparo.

Ahora, con el auspicio del gobierno nacional los gobernadores de provincias mineras (Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Neuquén) han creado, para poder negociar con más fuerza, la Organización Federal de Estados Mineros (OFEMI). El objetivo es incentivar esa actividad, con mejores condiciones medioambientales, para mejorar su imagen ante la sociedad. Esto se haría mediante la creación de empresas provinciales, asociadas o no a las trasnacionales (algunas de las cuales tienen presupuestos que duplican o triplican al de cada una de estas provincias). De este modo esperan poner fin a los reclamos de poblaciones vinculadas al área minera y la represión que hubo en esos lugares.

La Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) que agrupa a las compañías del sector acordó con esta propuesta.