Cambio en la ONU: Flamante secretario general fija sus prioridades/ El amiguo legado de Ban

 

Andy Hazel-IPS|

El portugués António Guterres asumió oficialmente el cargo de secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) e inició sus tareas dirigiéndose al personal de la sede del foro mundial en Nueva York.

En su discurso del martes 3, Guterres subrayó la urgencia de atender la difícil situación de los refugiados y de las poblaciones desplazadas y de reclamar a las naciones más ricas su negligencia a la hora de asumir sus responsabilidades en cuestiones globales; un asunto que, por otra parte, genera mucha expectativa en la gente.

“Vivimos en un mundo en que se multiplican los conflictos y se interrelacionan con este nuevo fenómeno del terrorismo global”, declaró el noveno secretario general.“Conflictos en los que el derecho humanitario internacional no se respeta, situaciones en las que se observan enormes violaciones de derechos humanos, ni siquiera se respetan los derechos de los refugiados como hace unos años”, puntualizó.

“Recuerdo aquella época en que la mayoría de las fronteras se abrían, y ahora las vemos cerradas, ahora la gente ni siquiera tiene derecho a ser refugiada en muchas partes del mundo”, subrayó.

En su discurso, Gutteres también destacó la importancia del multilateralismo para hacer frente a los problemas globales. “Cuando uno observa las megatendencias globales del crecimiento de la población, el cambio climático y otros aspectos relacionados, vemos que vivimos en un mundo donde los problemas se volvieron globales y no hay forma de que se puedan resolver país por país”, explicó.

Antes de asumir el cargo de secretario general, que desempeñará por cinco años, Guterres estuvo al frente del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) de 2005 a 2015.

Mientras dirigió la agencia aumentó el número de personas desplazadas de sus hogares en el mundo hasta superar el máximo histórico tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) con más de 65 millones de desplazados. Guterres fue reconocido por la respuesta de Acnur a la crisis de refugiados en Medio Oriente y África, al tiempo que redujo el personal y los costos administrativos de la agencia, entre otras reformas. De hecho, prometió aplicar un enfoque similar al frente de la Secretaría General.

Algunos cargos clave ya designados por Guterres procuran tener una representación diversa en los cargos más altos de la ONU, así como hacer frente a la desigualdad de género, la que muchos secretarios generales habían prometido reformar.

La ministra de Ambiente de Nigeria, Amina J. Mohammed, fue designada secretaria general adjunta. Y la diplomática brasileña Maria Luiza Ribeiro Viotti, es la nueva jefa de gabinete. Además, al frente del nuevo cargo creado por Guterres de asesor especial en política, estará la surcoreana Kyunga-wha Kang, quien se desempeñó anteriormente como subsecretaria general y coordinadora adjunta para Asistencia de Emergencia de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) .

El cargo de subsecretario general para la Coordinación Estratégica lo ocupará el chileno Fabrizio Hochschild, ex representante especial adjunto para la Misión de la ONU en República Centroafricana. El portavoz del secretario general, Stéphane Dujarric, declaró a la prensa que el mayor desafío de Guterres será trabajar con los estados miembro para lograr la paz.

“Muchas personas sufren por causa de la guerra y de desastres creados por actividades humanas. (El secretario general) se concentrará en tratar de cumplir las expectativas que la gente tiene en la organización”, declaró. Dujarric también dio a entender que Guterres será un secretario general abierto. “Como habrán visto si siguieron su carrera en los últimos 10 años, ofrece conferencias de prensa con frecuencia”, indicó.

Por su parte, Guterres también se apresuró a reconocer la dimensión de los problemas actuales y la necesidad de que haya unidad entre los 193 estados miembro de la ONU. “Creo que es útil decir que no existen los milagros, y estoy seguro de que yo no soy un fabricante de milagros. Y la única forma de poder lograr nuestros objetivos es trabajar realmente juntos como equipo y poder merecer servir a los nobles valores consagrados en la Carta, que son los valores de la ONU y que son los valores que unen a la humanidad”, declaró.

El secretario general saliente, Ban Ki-moon, se refirió a Guterres como una “maravillosa elección” para encabezar a la ONU. “Quizá sea más conocido por estar donde más cuenta: al frente de los conflictos armados y el sufrimiento humanitario”, declaró.

Guterres hereda un proceso de paz complicado en Siria, el mayor número de refugiados y desplazados del mundo desde los años de la década de 1940, la prolongada tensión entre Israel y Palestina y un nuevo impulso para amonestar a los países que no cumplan con los objetivos del Acuerdo de París sobre cambio climático.


Anexo 1

Un ambiguo legado deja Ban Ki-moon

Lyndal Rowlands| Ban Ki-moon terminó sus 10 años como secretario general de la ONU en la víspera de Año Nuevo en Times Square viendo caer la bola, una costumbre en la medianoche del 31 de diciembre en la emblemática plaza de Nueva York.

Ban, un diplomático de carrera que fue canciller de Corea del Sur, se abocó a sus deberes protocolares de forma incansable durante sus dos períodos de mandato al frente de la Secretaría General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas). Pero en lo que se refiere a las grandes responsabilidades que conlleva el cargo, son varias las críticas contra su gestión.

Los secretarios generales deben recorrer un delicado camino entre diplomacia y burocracia. Son funcionarios de los 193 estados miembro, pero también tienen la responsabilidad de ser una “verdadera voz” de la Carta de la ONU, observó Stephen Lewis, cofundador de la organización internacional AIDS-Free World, en diálogo con IPS.

“Con el estado actual del mundo, necesitamos un secretario general que le diga la verdad al poder, que diga lo que piensa y que adopte posiciones fuertes, lo que no fue una característica de los últimos años de mandato de Ban Ki-moon”, remarcó Lewis, ex subdirector ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y exembajador de Canada en la ONU.

También opinó que Ban pudo hacer mucho más, como lo hicieron sus predecesores Kofi Annan, de Ghana, y Dag Hammarskjold, de Suecia, dos secretarios generales admirados por su capacidad de hacer frente a los estados miembro cuando fuera necesario.

“Es la diferencia entre alguien que use las medias tintas para tratar de satisfacer a todos y alguien que diga, mi trabajo es conducir a este mundo según ciertos principios, respetar la Carta y decirle a los estados miembro que están equivocados y que violan sus derechos humanos”, añadió. La Carta es el documento fundador de la ONU, creada en 1945 al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

El experto, Richard Gowan, quien trabaja en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, coincidió en que Ban trató de ser diplomático y no entrar en desacuerdos con los estados miembros. “Ban es un diplomático tradicional hasta la médula. Siempre consideró que ofender a las grandes potencias era tabú”, apuntó. “Tras la crisis en Sri Lanka de 2009, sintió que debía subrayar las graves violaciones de derechos humanos. Es un hombre con moral”, indicó.

Sin embargo, Gowan lo consideró demasiado cauteloso frente a las graves crisis que tuvo que afrontar la ONU, como los conflictos actuales en Siria y Sudán del Sur. “La constante cantinela que escuché de funcionarios de la ONU en la última década es que Ban era demasiado cauteloso y estaba demasiado preocupado por proteger su propio cargo frente a las grandes crisis”, apuntó Gowan.

Ban puede haber tenido una influencia limitada en las respuestas de los estados miembro a los desastres más duraderos del mundo, pero sí asumió su responsabilidad en lo que respecta a la respuesta del foro mundial. Eso incluye la supervisión de los soldados de las fuerzas de paz, que aumentaron a 100.000 durante su mandato y que se vieron envueltas en escándalos, como los de abuso sexual.

La reacción del foro mundial durante la gestión de Ban parecen reflejar su falta de conocimiento sobre las particularidades de las operaciones de paz. “Los secretarios generales no son magos. La burocracia de la ONU es difícil de manejar, y las operaciones de paz son especialmente difíciles de controlar”, observó Gowan. “Pero Ban nunca pareció tener preciso sentido operativo de lo que la ONU hacía en el terreno”, apuntó.

“Cuando las grandes crisis golpearon a una misión de la ONU o cuando estalló un escándalo de abuso sexual, siempre parecía estar a contrapié. Le reconozco el esfuerzo de tratar de hacer lo correcto respecto del cólera en Haití (llevado por los soldados de Nepal a ese país caribeño en 2010), pero actuó con lentitud”, observó.

Las disculpas que pidió Ban a principios de diciembre de 2016 “fueron características de las medias tintas que satisfacen solo parte de su trabajo”, opinó Lewis. “Nunca aceptó la responsabilidad de llevar el cólera a Haití, solo pidió disculpas por las consecuencias de la enfermedad. En otras palabras, no llegó a hacerse cargo de una importante cuestión de principio”, criticó.

La posición de Ban puede deberse a que asumir totalmente la responsabilidad de la ONU podría significar que los estados miembro tuvieran que pagar indemnizaciones al pueblo haitiano, pues miles de personas sucumbieron a la enfermedad. Sin embargo, durante su mandato hubo avances en otras áreas, por ejemplo se considera que avanzó en materia de derechos de personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) dentro del foro mundial, al expresar abiertamente su apoyo a la situación de ese colectivo.

Su sucesor, António Guterres, ex primer ministro de Portugal, asumió el cargo de secretario general el 1 de este mes, el inicio oficial de sus cinco años de mandato, con un mensaje de paz mundial. “Esperamos que Guterres sea un Hammarskjold”, indicó Lewis, refiriéndose al secretario general sueco admirado por su respeto y dedicación a la Carta de la ONU.