Donaldo Trump: revolución populista “usa style” y crisis civilizatoria del capitalismo occidental

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Mario Sanoja Obediente|

El populismo alude, en Estados Unidos, a aquellos movimientos politicos  que rechazan el statu quo  mantienen tanto al  gobierno hegemónico de los partidos tradicionales como a la clase dominante que posée a dichos partidos y controla al estado. Los movimientos populistas consideran que derivan su poder de las clases populares y se plantean construir una sociedad sin proletarios integrada por  emprendedores libres e independientes, pero sin destruir el sistema capitalista.

Los movimientos  populistas cuestionan el poder del capitalismo corporativo que destruye los medios de vida y de supervivencia de los trabajadores y de los pobres en general. Rechazan igualmente al estado interventor, así como la precariedad económica y social a la cual el capitalismo corporativo condena a los hombres y mujeres olvidados de la clase popular.

El populismo estadounidense ha estado igualmente caracterizado por posturas politicas racistas, xenófobas y anticomunistas que tendrían como objetivo defender la integridad del pueblo estadounidense frente a la amenaza que suponen tanto la inmigración como la importación de ideologías anticapitalistas como el comunismo.

Esta breve caracterización del populismo estadounidense, alude también al papel  que jugaron hacia finales del siglo XX politicos afines con esa ideología tales como como Huey Long, George Wallace y Barry Goldwater, entre otros, tendencia que se prolonga hasta el actual Tea Party y todos los movimientos de milicianos de teñidos con distintas formas de ideología nazi-fascista cuya ominosa presencia pública se hizo visible durante la celebración de la Convención Republicana que eligió finalmente a Trump como su candidato a la presidencia de los Estados Unidos.eeuu vs trump muro

Sin pretender ser conocedores de la historia política estadounidense,que no lo somos, podríamos decir que esta clase de populismo hunde sus raíces en el siglo XIX. Su resurgencia, esta vez con posibilidades de éxito, esta determinada por la crisis política que sacude la integridad del bloque hegemónico representado por Hillary Clinton, candidata del gran capital corporativo. Las críticas de Trump a la figura de Hillary se centran particularmente en el papel que esta  juega en la promoción de las aventuras belicistas estadounidenses que han culminado con estruendosos fracasos en Irak, Afghanistan, Libia y ahora en Siria, aventuras destinadas e favorecer las fabulosas ganancias del complejo militar industrial en detrimento del bienestar de las grandes mayorías “sin nombre”.

Para poder financiar las guerras que ha promovido el bloque  corporativo dominante industrial-militar que controla el estado norteamericano, el congreso aprobó elevar el gasto militar a la fabulosa suma  de 800.000 millones de dolares y los gastos del Pentágono a alrededor de 570.000 millones de dolares, lo cual corresponde a un 4.8 del PIB de los Estados Unidos y al 42% del gasto militar mundial. Correlativamente dicho congreso, dominado ahora por los republicanos, hizo recortes sustanciales  en los gastos sociales, derogando asi mismo la ley de seguridad social llamada también “obamacare”.

Siempre se ha dicho que la diferencia entre demócratas y republicanos es una cuestion de forma y no de fondo, ya que ambos están de acuerdo en preservar los privilegios económicos sociales y políticos del establecimiento capitalista corporativo que de verdad gobierna en los Estados Unidos. Hillary Clinton, si es electa presidente, sera sencillamente la marioneta que personificaría a nivel del estado nacional, el poder político del capitalismo corporativo. La candidatura de Trump, al parecer, podría provocara el resquebrajamiento del actual bloque político corporativo; sus propuestas, hasta el momento, están dirigidas a captar la voluntad  de voto de aquellos ciudadanos cuyos puestos de trabajo desaparecieron con la transferencia de buena parte del parque industrial estadounidense hacia otros países donde los bajos salarios pagados a los trabajadores garantizan a los capitalistas un aumento de la rentabilidad de sus inversiones.

La candidatura de Trump podría representar los intereses de un bloque político de capital corporativo mas interesado en desarrollar la inversión de capitales al interior de los Estados Unidos, la ampliación de la economía real (manufactura de bienes y servicios) para aumentar el nivel empleo entre la clase popular. Para preservar el empleo seria necesario mantener a raya la inmigración y romper con los tratados de libre comercio que propician la exportación de capitales y puestos de trabajo. Se trataría entonces de una politica nacionalista que ya ha comenzado a despertar apoyos entre los movimientos nacional fascistas en Europa, como es el caso del partido de Marie Le Pen en Francia y de los diversos movimientos politicos nacionalistas de derecha que han apoyado el Brexit, la ruptura del Reino Unido con la Unión Europea, para cerrar el paso al flujo migratorio desde el continente.

Luce difícil que el bloque capitalista corporativo que promueve la candidatura presidencial de  Hillary Clinton se deje ganar la partida, cuando disponen de todas la herramientas del poder, incluidos parte del Partido Republicano, el Congreso y el  mismo Presidente Obama, y los mecanismo juridicos y financieros que controlan los votos electorales para decidir en última instancia quien será el candidato ganador.

eeuu trump memesLa solución de la guerra en Siria,  la participación decidida en la misma de Rusia y sus aliados Iran y Hebollah que comienzan a derrotar al ejercito del Estado Islámicoa a pesar de la ayuda financiera, mediatica y militar encubierta  propocionada por  los Estados Unidos, Francia e Inglaterra (ente otros); es de resaltar el asesinato  del embajador estadounidense en Benghazi a manos de los jihadistas, ya que fue desde este puerto que se exportó parte del arsenal del antiguo ejercito libio hacia los jihadistas del Estado Islámico en Siria. Este hecho y la filiación de Hillary Clinton con la transnacional francesa Lafarge, financista del criminal Estado Islámico, coloca una sombre de sospecha  sobre la honestidad política de la candidata demócrata.

Las criticas  sobre la deshonestidad política política de Hillary Clinton parecen tener apoyo en la grotesca campaña anticomunista macartista desarrollada por sus directores de campaña, destinada a tildar de traidores a la patria a todos aquellos que  escriban sobre su  supuesta deshonestidad o adversen su candiatura, en primer lugar Donald Trump. Este recurso anticomunista de baja estofa intenta demonizar a Vladi Putin como un espíritu del mal que habita en el Kremlin, asociandolo con las campañas de terror  de la guerra fría sobre la extinta Unión Soviética.

¿Que podemos esperar los latinoamericanos y en especial la Revolución Bolivariana de los resultados finales de la elección presidencial en los Estados Unidos?: prácticamente nada bueno. Trump ha declarado que de ganar Hillary, convertiría los Estados Unidos en una nueva Venezuela; otra víctimas inmediatas serían México y todos aquellos países que, como Colombia, Peru y Chile han firmado tratados de libre comercio con Estados Unidos o le vendieron su alma al diablo como los gobiernos fascistas de Argentina y Brasil. En el caso venezolano, el bloque fascista-populista que apoya a Tump  seguramente adoptará, como ya es costumbre, al bloque fascista corporativo de la derecha venezolana, a sus espadachines de la MUD y a sus aliados  ex-chavistas oportunistas.

Una presidencia de Hillary Clinton,  al igual que la de Trump, seguiría las pautas del impresentable decreto de Obama que declaró a Venezuela una amenaza inusual a la seguridad nacional de los Estados Unidos, es decir, mas de lo mismo: campaña mediática mundial despiadada para desprestigiar  Venezuela, bloqueo financiero, bloqueo comercial, amenaza de intervención militar, amenaza de golpe de estado parlamentario, campaña interna de terrorismo paramilitar, sabotaje a los servicios públicos, apoyo a la guerra económica sin cuartel que nos declaró el bloque corporativo empresariañ venezolano, etc, etc.

La revolucion populista acaudilla por Trump, incluso si  este fuese derrotado no pasará sin pena ni gloria. No se trata de un simple accidente político, sino de un hecho que revela la profunda decadencia que sufre el sistema político estadounidense, el desmoronamiento del bloque corporativo-politico dominante que se agravara triunfe quien triunfe en las elecciones de Noviembre.eeuu DONALD TRUMP 4

La sociedad estadounidense,  sacudida por fuertes tensiones étnicas, ahora enfrenta serias tensiones políticas e ideológicas. Los grupos fascistas-populistas que gracias a la enmienda constitucional estan armados hasta los dientes, podrían desatar campañas de violencia si su líder Trump es derrotado y  con el la esperanza blanca de dicho movimiento.

A nivel internacional, la coyuntura no es tampoco fácil para la oligarquía corporativa capitalista estadounidense. En América Latina  ofensiva fascista desatada contra los gobiernos progresistas de la región, ha radicalizado políticamente hacia la izquierda a las mayoría populares, como es el caso de Argentina,  Brasil y Venezuela. La inminente firma del tratado de paz en Colombia, presagia en el corto plazo un profundo vuelco político hacia la izquierda que podría desatar eventualmente una insurrección civicomilitar-uribista- fascista, cuyas repercusiones afectarían a Venezuela.

En Europa, la alianza entre Rusia y Turquía y la eventual derrota del Estado Islámico en Siria e Irak, augura la consolidación de un poderoso bloque euro-asiático financiero y comercial donde destacarían China, La India, Rusia,  Iran y Pakistan, hecho que podría influir también sobre el estatus de las monarquías de Golfo, Quatar y Arabia Saudita, que tienen la llave de los precios del petróleo. La comunidad europea, de continuar siendo un  simple apéndice político del gobierno de los Estados Unidos para la campaña antirusa, languidecerá cortando sus nexos naturales  comerciales y políticos con Rusia y el bloque euroasiatico.

Estamos viviendo el desenlace de una profunda crisis civilizatoria del capitalismo occidental. Como nos dijo una vez el poeta Fernandez Retamar,  la agonía de un dinosaurio debe ser una experiencia grotesca… y peligrosa.