PERÚ/ Fujimorismo queda fuera del poder…pero con poder/ Un continuismo sin esperanza/ Escenario sombrío

peru kuczinskiÁngel Páez-IPS|

Finalmente, se hizo oficial  que Pedro Pablo Kuczynski obtuvo la presidencia de Perú por un puñado de votos y que Keiko Fujimori se quedó por segunda vez acariciando el Poder Ejecutivo, aunque a cambio dominará el Congreso legislativo y desde ahí condicionará al próximo gobierno.

  Con el total de las actas procesadas, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) informó la tarde de este jueves 9 que Kuczynski, de 77 años, obtuvo 50,121 por ciento de los votos válidos y Fujimori, de 41 años,  alcanzó 49,879 por ciento. La diferencia fue de 41.438 votos válidos, lo que hace irreversible el triunfo del candidato del centroderechista Peruanos por el Kambio (PPK), pese a que quedan algunas actas en observación. En las elecciones de 2011, a la candidata de la derechista Alianza Popular también se le escapó el triunfo de la punta de los dedos, aunque entonces el nacionalista Ollanta Humala la derrotó en el balotaje con 51,45 por ciento, frente a 48,55 por ciento.
El casi empate del domingo 5 mantuvo al país y a los comandos de los candidatos en espera del suministro de la ONPE del 100 por ciento de los votos escrutados, aunque los analistas ya adelantaban que era imposible que la hija y heredera del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) revirtiera el resultado.
Entre las últimas actas procesadas estaban las procedentes de Alemania,  donde en la primera vuelta electoral del 10 de abril, Fujimori había logrado en torno a 18 por ciento y Kuczynski alcanzó 51 por ciento.
Dentro del país, las últimas actas en contabilizarse llegaron de localidades recónditas del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), que abarca una amplia extensión del centro y el sur del país. En los distritos (municipios) del Vraem –que incluye mayormente comunidades de las regiones andinas de Ayacucho, Huancavelica, Apurímac, Junín, y en menor proporción zonas selváticas del Cuzco-, la candidata izquierdista del Frente Amplio, Verónica Mendoza, sacó en abril más votos que Fujimori.peru elecciones16a
El 2 de junio, Mendoza, quien quedó en tercer lugar en la primera vuelta,  pidió a sus seguidores que votaran por Kuczynski, para cerrar así el paso al retorno del fujimorismo al país, después que Alberto Fujimori cumple una condena de 25 años por corrupción y delitos de lesa humanidad. Pero Fujimori mantuvo hasta el boletín oficial de la ONPE que esas últimas actas podrían evitar que se consumase su segunda derrota en las urnas.
“Era irreversible” el resultado, explicó  el politólogo y experto en procesos electorales Fernando Tuesta, quien recordó que desde los conteos rápidos de las encuestadoras la jornada electoral Kuczynski mantuvo siempre la ventaja. Consideró que los resultados de la primera vuelta contradecían la pretensión a la que se aferró Fuerza Popular, de que los votos rurales o del exterior cambiasen “significativamente” la tendencia.
La trinchera del Congreso
Pero si a Fujimori el electorado le cerro por segunda vez la posibilidad de ocupar el Palacio de Gobierno de Perú, su partido sí tendrá como influir desde el 28 de julio sobre el rumbo del país desde el Palacio Legislativo de Perú, sede del unicameral Congreso.
El 10 de abril, Fuerza Popular consiguió una extraordinaria mayoría en el Congreso: 73 representantes de un total de 130, seguido del Frente Amplio con 20 legisladores y el PPK con 18 parlamentarios.
La bancada fujimorista es conocida por boicotear investigaciones sobre casos de corrupción que vinculan a sus representantes, o para presionar a sus adversarios.
El gran desafío de las otras dos fuerzas es evitar que el fujimorismo use su mayoría para controlar desde el Congreso al gobierno y promover desde allí medidas a favor de sus intereses.“La tentación autoritaria es parte del ADN del fujimorismo. Jamás permitiremos que Fuerza Popular convierta el Congreso para promover la impunidad, cerrarle el paso a la lucha contra la corrupción o para encubrir a sus partidarios”, manifestó a IPS la congresista electa por el Frente Amplio, Indira Huilca.
peru keiko1“No hemos llegado al Congreso para ser testigos de la eventual destrucción de la democracia mediante acciones autoritarias”, subrayó. Pero advirtió que “tampoco significa que le daremos carta blanca a Kuczynski”. “El mandato que nos dio el pueblo es clarísimo. Nos sumamos al voto a favor de Kuczynski en la segunda vuelta para impedir el triunfo de Keiko Fujimori porque representaba la amenaza del regreso de la corrupción, de la influencia del narcotráfico en la política, de prácticas antidemocráticas para alcanzar el poder a toda costa”, señaló Huilca.
Ella conoce bien esas prácticas porque su padre, Pedro Huilca, dirigente histórico de la Confederación General de Trabajadores del Perú, fue asesinado ocho meses después del denominado autogolpe de Estado de Fujimori, en 1992.
 La reciente elección estuvo caracterizada por una serie de deficiencias y falta de transparencia. El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) puso en vigencia una reforma electoral que aprobó a último momento el Congreso, lo que generó confusión, cuestionamiento de la autoridad y deslegitimación de las decisiones del tribunal. Dos importantes candidatos presidenciales, Julio Guzmán y César Acuña, que se presentaban como favoritos para ganar los comicios, fueron eliminados por el JNE en medio de un clima de sospecha sobre la independencia del organismo.
Lo que quedó en evidencia es que la democracia peruana necesita mejorar la legislación electoral, coinciden los analistas.“Las anomalías que se han visto en las elecciones se deben básicamente a las modificaciones que se hicieron a la ley electoral y también a la actitud del JNE”, indicó  el exsecretario general del organismo, Juan Falconí.
“Llegó un momento en que los ciudadanos no sabían quiénes serían los candidatos a la presidencia debido a la aplicación confusa de las nuevas normas”, criticó.
Como resultado, adujo, hubo “incidentes que ensombrecieron las últimas elecciones y los ciudadanos no le tienen confianza a los organismos electorales”. “El JNE ha perdido legitimidad ante los votantes porque han sido evidente que le faltó determinación, buen manejo y credibilidad”, añadió.
Durante el debate de la reforma electoral propuesta por la JNE, el fujimorismo se opuso a la fiscalización de los fondos privados de financiamiento de las campañas proselitistas, y también a que los organismos electorales supervisen obligatoriamente los procesos internos de los partidos para la selección de sus candidatos.
Ahora que el fujimorismo será mayoría en el Congreso, difícilmente se aprobaría una nueva reforma para corregir errores y hacer más transparentes los procesos comiciales. “Sin el fujimorismo no será posible hacer ninguna reforma electoral. Y no creo que sea su prioridad”, afirmó el profesor Tuesta. A su juicio, el antifujimorismo derrotó a la candidata de Fuerza Popular, pero el virtual presidente electo no podrá gobernar sin llegar a acuerdos con esta agrupación, que condicionará su gestión desde el parlamento.
Anexo 1

Un continuismo sin esperanzaperu cajamarca

Hugo Salinas| El resultado de las elecciones generales 2016 en el Perú tiene una característica bien propia de los países dependientes: el continuismo. Y para afirmar este continuismo no puede haber mejor solución que los dos poderes políticos del Estado sean manejados por partidos políticos diferentes. El congreso en manos Fuerza Popular con orientación capitalista, y la presidencia de la República en manos de Peruanos por el Cambio con orientación capitalista.

De esta forma, el modelo socio-económico no estará en discusión. Será el mismo, capitalista, neoliberal, dependiente, agro-exportador, como usted quiera llamarlo. Lo que vendrá en estos cinco años son los juegos de interés personal y de partido, priorizando la inseguridad ciudadana y la corrupción sin hacer nada serio, y esquivando señalar el origen de los males.

Dos poderes que se afrontarán para continuar con el circo electoral en el circo de la vida real: pobreza, desocupación, marginación de los pueblos originarios, destrucción del medio ambiente, etc. Y todo ello para que las empresas multinacionales se sigan llevando, con la ayuda del gobierno, el 100% de sus ganancias y de la corrupción generalizada.

¿Y la izquierda? ¿Cuál izquierda? Mientras que el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) está admitiendo que “el libre movimiento de capital a través de las fronteras genera muchos beneficios, [y que] tiene consecuencias adversas para para muchos en la economía, sobre todo para los pobres,”[i] los izquierdistas del Frente Amplio solo piden un aumento de 150 soles para el salario mínimo, cuando las multinacionales del Perú se llevan miles de millones de dólares por año, en dinero contante y sonante, en recursos naturales y en mano de obra a precio de “cholo barato”.

¿Tendrán interés en resolver la problemática de los jóvenes “ninis”, entre 15 y 24 años, que ni estudian ni trabajan y, por tanto, suman más de un millón de personas?[ii] ¿Se interesarán en la suerte de las microempresas, formal e informal, que suman 3 millones, y que crean el 71% de puestos de trabajo del sector privado[iii] pero que, sin embargo, los bancos les cierran sus puertas, la SBS (Superintendencia de Banca, Seguros y AFP) los bloquea, y la SUNAT los reprime?

¿Sabrán que existe un millón y medio de empresarios informales,[iv] y que alrededor de 3 millones de peruanos trabaja por cuenta propia, y en un 49.4% de ellos lo hace “por necesidad económica”?[v] ¿Tendrán algún interés en saber que solamente en Lima Metropolitana un 38.2%[vi] del total de trabajadores está subempleado; es decir, trabajando en actividades para los que no estudiaron?

¿Se recordarán que, en 1532, a nuestros antepasados, les quitaron todo, la tierra cultivable que era el elemento esencial de su economía, los recursos naturales tan prodigiosos en dar vida y salud, los metieron a los socavones de las minas para nunca más salir de ahí, y al resto les hicieron trabajar gratis durante 6 siglos, motivo por el cual más de medio millón de personas llegan a la tercera edad sin contar con recursos para llevar una vida digna en el final de sus días? De ser una civilización pujante y, actualmente admirada por tirios y troyanos, de noche a la mañana pasó a ser pobre y pasto de los invasores.

¿Les interesará saber que el INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática), trafica con la información para hacernos creer que el Perú cuenta solamente con un 6.5% de desempleo, cuando la cifra real es 7 veces más, o que el indicador de la pobreza monetaria es una forma de esconder la realidad de la pobreza en el Perú? Preguntemos a K y K si podrían vivir con 303 soles por mes[vii] (menos de 100 dólares), quienes han “invertido” un millón de soles en la fiesta de cierre de campaña electoral.

No nos engañemos ni engañemos. No son ellos ni los frentes amplios quienes cambiarán el rostro del Perú. Tenemos que ser conscientes de que la desocupación, pobreza, corrupción e inseguridad son problemas de sociedad, y que ellos tienen una raíz común.

peru frente amplioNo tengamos temor en expresar nuestra propuesta de Cambio, de Transformación. Debemos proponer una solución integral. Y ella pasa por un nuevo modelo alternativo al Capitalismo. Un modelo que se base en buscar el bienestar general en igualdad de oportunidades. Un modelo que cree sociedad y no millonarios individualistas.

Y los tres pilares de la nueva actividad socio-económica deben ser: uno, la propiedad colectiva que estuvo en el centro de las civilizaciones que vivieron en paz, armonía y cooperación. Dos, la repartición igualitaria de la totalidad de las ganancias de las empresas-país a crear desde cero, porque existe suficiente financiamiento interno para hacerlo, y porque este mecanismo es el que crea sociedad, hermandad. Tres, instalar la economía inmaterial, la que genera mayor valor agregado, ofrece mejores salarios y cuadro de vida. Y porque nos sacará del atraso en las formas de trabajar de miles de años en los que nos encontramos.

Con este proyecto de Sociedad construyamos el partido político de los desempleados, de los pobres, de los jóvenes sin porvenir, de los pueblos originarios marginados, de los trabajadores subempleados, de los micro y pequeños empresarios. Porque es él, y solamente él, quien hará el gran cambio, la transformación que exigen las mayorías nacionales.

Notas

[i] Davide Furceri y Prakash Loungani, Abrirse a la Desigualdad, in http://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/spa/2016/03/pdf/furceri.pdf
[ii] http://larepublica.pe/impresa/economia/772562-jovenes-que-ni-estudian-ni-trabajan-suman-mas-de-1-millon-30-mil-en-el-peru
[iii] Ministerio de la Producción, Las MYPYME en cifras 2013, p. 27
[iv] Ibid., p. 75-76
[v] Ibid., p. 11
[vi] INEI, Una mirada a Lima Metropolitana, 2014, p. 24
[vii] Consumo mensual de cada peruano debe ser mayor a S/. 303 para dejar de ser pobre


Anexo 2

Escenario sombríoperu pobreza

 Editorial de La Jornada de México| El candidato liberal Pedro Pablo Kuczynski se perfila como el presidente electo de Perú al adelantar a Keiko Fujimori con 12 mil 562 votos, una ventaja considerada irreversible cuando falta por computar únicamente 173 de las más de las 73 mil actas de la segunda vuelta realizada el domingo 5. De acuerdo con este resultado, el veterano político obtuvo 50.12 por ciento de los votos frente a 49.88 por ciento de su contendiente. Pese a esta apretada victoria, el gobierno entrante deberá enfrentar una oposición fujimorista que contará con mayoría parlamentaria absoluta al haber obtenido 73 de los 130 escaños en el Congreso.

No puede soslayarse que el proyecto construido por el fujimorismo es en realidad el de un grupo delictivo arropado por la institucionalidad política, el cual resulta particularmente peligroso por la base de apoyo social construida a partir del reparto de recursos cuyo origen nunca ha sido aclarado. Por ello, constituye un motivo de alivio para la sociedad peruana el que se haya logrado derrotar a la mafia encabezada por Keiko Fujimori desde que su padre, el ex presidente Alberto Fujimori, fue encarcelado por las graves violaciones a los derechos humanos perpetradas durante su gobierno (1990-2000).

Sin embargo, es difícil depositar expectativas de cambio en la figura de Kuczynski, un miembro de la vieja clase política oligárquica que desde hace medio siglo ha combinado su papel de directivo en grandes trasnacionales con el ejercicio de la política. Su ideario de neoliberalismo irrestricto y su cercanía con la industria extranjera de la energía y las minas permiten anticipar una falta de novedades frente a las políticas implementadas por sus antecesores, las cuales enfrentan una oposición creciente de amplios sectores sociales y se han mostrado incapaces de responder a las carencias crónicas del país.

El actual resultado electoral se inscribe en la lucha que ha signado a la política peruana desde que Alberto Fujimori desplazó a la clase gobernante tradicional con el llamado autogolpe de 1992, un proceso que incluyó la disolución del Congreso y la intervención del Poder Judicial. Es deplorable que un cuarto de siglo más tarde, la disputa por la Presidencia siga siendo una lucha entre estas dos facciones políticas, y no un proceso que contraste alternativas para resolver los graves conflictos sociales acumulados en Perú.

Cabe recordar que el mandatario saliente, Ollanta Humala, llegó al gobierno gracias a un discurso crítico hacia las medidas neoliberales que habían exacerbado la desi-gualdad económica y atizado el descontento social, pero ya en el poder se plegó a esa misma lógica de corrupción institucional. Este viraje muestra la capacidad de las facciones tradicionales para neutralizar propuestas transformadoras y explica el tremendo desgaste del mandatario saliente, quien deja el cargo con una aprobación de apenas 17 por ciento.

En un escenario tan sombrío para la nación andina, cabe hacer votos porque Kuczynski lleve adelante al menos una administración honrada y con sentido de país, más allá de las limitaciones que su proyecto permite vislumbrar desde ahora